viernes, 8 de enero de 2021

Un verano sin sol

 Te voy a contar todo lo que alguna vez no te dije, y quizás algún día lo leas, la verdad no guardo ninguna esperanza, solo lo escribo porque hace días resuena en mi mente y como no quiero escribirte, lo hago por aquí, como terapia, como modo de saber que alguna vez lo escribí o sentir que lo dije, porque para que miento, quisiera decirlo, quisiera contarlo, pero no puedo, porque yo misma no quiero.

Cuando te fuiste, te llevaste la mitad de mi vida, sentía que no podía salir de ese callejón en el que me había metido, estaba en un laberinto, no hablaba con nadie, lloraba, rezaba, le pedía al cielo que me quitara tanto amor, le pedía a la vida que me diera otra oportunidad, que quizás yo estaba equivocada y podía enmendar las cosas, estaba sola, me sentía sola, pero ciertamente eso no era verdad, sentía que todo iba y venía, caminaba por ese tramo en el que juntos nosotros pasábamos, la tristeza ahondó en mi vida, no sé exactamente cuántos meses duró, pero de lo que si estoy segura es que se ama con el corazón y que yo te amé así, que no sabía que tanto dolor podía sentir por alguien que no fuera familia, lloraba pensando en que la vida era injusta conmigo, que yo merecía que te quedaras, pero no solo era mi decisión, también era la tuya y quizás yo no estaba en tus planes, lo entendí, tiempo después lo entendí.

Tenía que seguir, como siguen las cosas que no tienen sentido, tenía una rutina muy marcada, no celebraba nada, no quería nada, viví mi duelo, como mejor sabía hacerlo, llorando, escribiendo y viviendo, porque no había de otra, me sentía sin la mitad de mi vida, se había ido y no podía hacer nada por detener esta barbarie, todo esto me dolía como jamás lo imaginé, pero más dolor había cargado en el 2014, entonces podía soportarlo, los días pasaron como pasan las cosas, y entre esas idas y venidas, desperté del llanto, de la soledad, no sé si volví a ser la misma, pero ya sonreía más a menudo, salía mucho más, tu partida me dolía, pero ya no tanto, sentía que aún hacías falta, pero ya no como antes, entonces continuaba, como al principio, solo continuaba.

Cuando te vi feliz sin mí, me di cuenta que quizás todo mi llanto había sido en vano, pero ya no me dolía tanto, porque si me dolió, pensé que también te hundías en la tristeza, en la misma tristeza en la que yo había estado, como no era así, una parte de mi corazón también saltó de alegría, porque si tú estabas bien, yo también estaba bien, aunque seguía enredada con mil dudas, ninguna las pregunté, nunca te hablé porque jamás quise ser molestia, imagínate que me sentía una molestia, entonces el amor ya no era amor, solo era recuerdo, me fui.

Pasaron los días, los meses y los años, vi la vida pasar, pero ya no de tu mano, no esperaba nada, todo pasó y nunca pasaste tú a recogerme como quedamos, siempre quedábamos en muchas cosas y ninguna se cumplía, quizás eres el "ya me acostumbré" más doloroso de toda mi vida, no quería acostumbrarme a estar sin ti, o quizás a estar contigo y sentirlo así, pero dolía menos, no importaba.

Hoy ya no haces falta, pero a veces y días como este te recuerdo y espero con el corazón en la mano, que seas feliz, porque siempre quise eso para ti, que la felicidad toque tu puerta aunque no sea yo quien la abra, aunque no sea yo quien despierte con tus ojos en mi cara, quizás te extraño y no lo sé, pero lo escribo y escribo porque no quiero llamarte para preguntarte como estas, vi como pasaba el amor y aquí sigo, con la sonrisa fingida, diciendo que quizás no te extraño, pero quien sabe.

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