miércoles, 20 de julio de 2016

Mi vida, un sueño

Cuando era pequeña, siempre pensaba en mi futuro como algo incierto, ahora que ya he crecido y tal vez puedo ser yo la que tome decisiones estrepitosas, me doy cuenta que en mi niñez no fallaba tanto, de repente sea porque era una niña, si bien es cierto, dicen que los niños siempre hacen lo que quieren, siempre buscan la felicidad, mi felicidad siempre ha sido mi familia, las salidas, los momentos, no eran muchos, pero los que si eran, los vivía a mil, tal vez es por eso que fui un poco insegura, quizás sea mi culpa, íntegramente, o tal vez no.

Con el pasar del tiempo me volví más fuerte, más ruda conmigo misma, no me permitía declinar, he buscado muchos sueños, ellos no me han atrapado a mí, fui yo quien los busco, es algo así como cuando te llama la atención alguien y haces todo lo posible para que esa persona note tu presencia y tu ausencia, bueno, fue así, en mi vida he tenido muchísimas oportunidades que tal vez dejé pasar, pero también he tenido algunas que he aprovechado al máximo, tal vez con el único fin de ser un poco más feliz, porque esa es la idea principal de mi vida, el cable a tierra que me sigue permitiendo vivir, es la búsqueda de la felicidad, no sé si sea tan verdad eso, pero es una de las cosas que siempre he buscado, también mi libertad indiscreta de tomar decisiones, no quisiera hacerle daño a nadie con las mismas - eso espero -

Después de todo, he permitido una felicidad efímera y de largo plazo también, las sonrisas que doy, las miradas que consigo, la ternura con la que aprecio muchas cosas son estigmas que no olvidaré, hay sentimientos, mescolanza de los mismos, es tan divertido esto de vivir, porque mueres a diario y revives al día siguiente ¿se han puesto a pensar en eso? es una locura la vida, no sabes si estás vivo, porque día a día luchas constantemente contra la muerte, pero en esa misma posición se pone la muerte, porque lucha día a día por vivir, me estoy imaginando ahora mismo un pozo sin fondo en donde está en una trifulca con la vida, me emociona escribir entre la realidad y la ficción porque también vivo esos momentos, porque también me emociona pensar en lo que no es real, en lo que no puedo ver, pero si puedo imaginar.

He cumplido todas mis promesas, algunas sigo aplazándolas por un poco de falta de valor y aunque trabajo fuertemente para encontrar ese valor que me hace falta, canto desesperadamente que amo, que me aman, que quiero, que sé que hay cinco personas en mi vida que hoy por hoy darían de todo por verme feliz, de esas personas incondicionales, leales, fielmente mías, a las que nunca quisiera dejar de abrazar ¡qué felicidad!

Todo esto es distinto a lo que siempre he escrito, porque quiero empezar a soñar un poco más, a seguir sintiendo miedo, amor, y que mi locura nunca se vaya, que sea precisamente esa locura mi fortaleza y mi mayor ventaja diferencial, que todo a mi alrededor no siempre necesite ser bueno, pero que yo sea la misma que pueda salir a flote cual barco que se hundió pero aprendió a zarpar solo, abriendo los ojos, saltando, pasando una y otra jungla, aprendiendo a ser más loable, más tolerante.

Le seré siempre fiel a ese sueño, a ese pensamiento, tal vez en otra vida piensa una y otra vez igual, solo le pediré a la vida muchas más sonrisas, algo de dinero, esas cinco personas que se queden para siempre conmigo, y un poco de amor, el necesario, el que me vuelva loca y el que me traiga cuerda con una alegría desbordante, no estoy feliz hoy precisamente, pero sigo trabajando en esa búsqueda incansable.

Quererme a mí misma, aceptarme y valorarme ha sido y es aún un trabajo continúo de lucha, que vengan muchos más sueños, muchas más personas, pero las que amo siempre se queden, que nunca se vayan. 

Te quiero, vida mía.

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