Quisiera decirte que ya me olvidé de ti, que no te recuerdo, que nisiquiera te pienso, pero me estaría engañando a mí misma, no entiendo cómo no puedo borrarte de la misma manera que tú has hecho conmigo, no merezco este trato, no de ti, después de todo y de tanto.
Estaba leyendo en uno de mis ratos libres, uno de esos tantos libros que siempre me dijiste que no debía de leer, porque eran de tristeza y de desamor, entonces lo leí apropósito, como esperando que vinieras a decirme que no debía hacerlo y nunca llegaste.
En una de sus hojas, resaltaba grande que el amor era básicamente reciprocidad, yo lo he sabido desde siempre y ahí en ese mismo momento cuando leí esa palabra, me ahogué entre el llanto, sentía que no podía parar de llorar, me inundaba una tristeza infinita, de esas que sientes que jamás se irán, quizás nunca lo has sentido, porque he sido yo la que siempre estuvo enamorada y fuiste tú el que gratamente recibió el amor y no te culpo por eso, fui yo quien dio más y quizás de más, pero nadie puede entregar lo que no conoce, solo un alma noble y grande puede disfrutar de entregar felicidad, yo era feliz, no sé si por ti o feliz contigo, pero era feliz, ya no busco explicaciones, porque me hundiría mucho más.
Algún día quizás estemos nuevamente juntos, pero no como quisiera, tal vez coincidamos en alguna reunión de trabajo o en una fiesta de compañeros, tanta gente en común que seguimos teniendo, quizás en ese preciso momento todo ya esté resuelto, quizás mi vida sea más tranquila y ya no tengas que detener mi locura, quizás después de todo, ese auto y esa maestría ya sean tuyos, quizás siempre quizás puedas darte cuenta a tiempo que mi amor ya se apagó y que ahora solo tengo esa desolada idea de lo que pudo ser, que te recuerdo puede ser, que no sé que hago escribiendo, pero que lo necesitaba, tenía que escribirlo, porque escribo con la ilusión de que me leas, pero resulta estúpido porque sé que no lo haces, y si lo hicieras, (ojalá que no), porque si me has leído y no me has buscado, me destrozarías aún más.
Repito una y otra vez las mismas palabras para poder creer que nada de lo que sentí fue en vano y podría resultar una buena terapia pensar también que todo estuvo bien, y quiero creer que no me hiciste daño porque quisiste, si no porque no te diste cuenta, quiero creer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario