lunes, 17 de agosto de 2020

Nadie sabe

Nunca nadie va a quererte como yo te quise, fue una de las frases que le dije antes de irme y ahora caigo en cuenta que es lo mejor que le puede pasar, no necesita alguien que lo ame a través de sus ojos, necesita alguien que vele y acompañe su camino, yo no lo acompañaba, estaba ahí cuando me necesitaba y eso no sé si para bien o para mal dolía, y si dolía es que estaba mal, siempre ha dolido ese amor, entonces no fue tan cierto que fue amor.

No merece un amor que le resalte la responsabilidad de quererlo, que lo obligue a decir te quiero cuando no le nace, que le pida detalles y que no lo comprenda porque solamente lo ama. Al pasar los años las personas van entendiendo que lo mejor que puedes hacer es dejar ir algo que no es recíproco, pero cómo duele darte cuenta, cómo duele pensar y pensar en cómo te vas a ir y si te estás yendo, que no hagan nada por retenerte.

Lo dejé ir cuando me di cuenta que su amor ya miraba otros ojos, que sus manos no tocaban las mías, lo dejé ir cuando sentí que ya no me quería, porque de eso debí de darme cuenta, nadie tenía que decírmelo, tenía que sentir el dolor, esa punzada de enterarte algo que ya sabías, pero te negabas a entenderlo, ese dolor que te carcome y que no te deja, ese que crees que nunca va a sanar, ese, ese tuve que sentir para dejarlo ir.

No saben como esperé una llamada, un escrito o simplemente una señal para regresar, nunca la encontré, tampoco la busqué, había buscado tanto antes, que ya estaba cansada, fatigada, mi corazón ya no podía más y no quería sentir, no quería vivir más con el recuerdo de lo que pudo haber sido, pero no fue. Lo dejé ir como quien abre la mano y la extiende para que el aire se lleve todo lo que tenía que soltar. Nunca más volvió y esa fue la prueba para arrancármelo del corazón, hoy le escribo no porque lo ame, si no porque quería liberar todo este sentimiento que alguna vez guardé, quería decirle que por si alguna razón me lee, que lo amé, que lo amé y mucho, quizás como nunca tenga idea, pero que también aprendí a vivir sin él, si es que eso quiso alguna vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario