Hay días en los que quisiera encontrar explicaciones, quisiera preguntar por qué muchas cosas pasan, o por qué quizás también no, pero nadie me las puede dar y sigo, sigo como si no me interesara, sigo porque quizás muy en el fondo no me importa, pero no sé si eso sea del todo cierto, solo sigo, pero son más los días en los que ya nada me importa, en los que no tengo sentimientos por nada ni por nadie, claro con algunas excepciones, pero de esas excepciones que son obvias, esas personas que te marcan de por vida, que son 5 o 6 pero nada más en las que tu familia se lleva todo el reino y uno que otro extraño.
Quisiera decirte que me voy, pero ya me he ido y no hiciste nada, pero algún día voy a decirte todo lo que me dolió, lo que me costó y porque ahora soy como soy o estoy donde estoy, no importa si ya no somos uno solo como hasta ahora, no importa dónde, cómo o cuándo, pero algún día te lo voy a decir, porque mi desapego emocional tiene mucho que ver contigo, con tus idas y venidas, con tu manera repentina de irte, no te culpo, quizás me hiciste más fuerte, no sé si ese era tu propósito, quizás sí, quien sabe.
Solo quisiera decirte cuánto doliste, porque eso fue, un dolor, de esos que te arrancan el pecho, el alma, de esos que no te dejan dormir, de cómo me desgarraba mirando al vacío, ese dolor grabado en el alma, algún día quizás te hable sobre eso, no hoy, tampoco mañana, pero será algún día y quizás cuando llegue ese día ya no duelas, porque ahora mismo ya no dueles, pero te lo tendré que decir, porque es parte de sanar y de dejar ir, aunque a ti te dejé ir hace mucho.
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