Hay muchas maneras de decidir alguna cosa, una de ellas también es alejándose, quizás es de las decisiones más difíciles que nos toca tomar como seres humanos, porque eso somos al final del día, simples seres humanos, que necesitan atención, cariño, amor, pero que a veces no lo dicen, o dicen no necesitarlo, porque cuesta, cuesta mucho después de tantos golpes, es esa la decisión que tomas, no decir o dejar de sentir, prefieres el camino más amable contigo y eso está bien, pero lo que nunca estará bien es normalizar la soledad, esa soledad que te golpea, te agobia y te aflige, que por las noches te hace sentir simple y vacío, esa soledad que es inexplicable, la que hace que tu corazón palpite y que de vez en cuando llores, no sé si a todos los pase, cuento una historia, no precisamente la mía.
Tal vez te has acostumbrado a esa soledad que te acompaña, tal vez te volviste huraño y te olvidaste de quienes te quieren, suele pasar, podría ser una temporada en tu vida o quizás algo que se quede el resto de tu vida, no saber compartir tus alegrías o emociones también es difícil de explicar, no quiero introducirme mucho a ese tema porque soy partícipe de la misma, no cuenta nada, no explico nada, no hablo nada con nadie, nadie más que mi familia tiene mi cariño infinito, no le tengo apego a nadie porque no quiero sufrir, ya bastante lloré hace un buen tiempo y quizás lo sigo haciendo porque no pude soltar, no suelto tal vez, y quisiera que todo pasara, que todo fuera un sueño y que quizás estemos a tiempo de ser felices, sé que no sucederá, pero lo escribo porque lo siento, porque lo quiero y quizás al final de cada día lo rezo, con esa misma nostalgia con la que pedí dejar de quererte.
Acompañamos esa soledad con vacíos, con regalos, con intereses ya no en común, pero intereses al fin y al cabo, siento que todo apesta y solo quiero dormir, ha sido una semana de mucha mierda, pero pasará, como todo pasa en esta vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario