viernes, 30 de diciembre de 2016

Ya no recuerdo

He recordado como cada una de las cosas que he hecho ha tenido una réplica distinta en mi vida, como un abrazo, una palabra de aliento, no sé, hoy me siento algo vacía y bastante distante, me ponía a pensar en por qué todo cambia, por qué no mejora o por qué quizás no puede ser como quiero, pienso o planeo, nunca nada sale como yo lo quiero.

Hoy que es 30 de diciembre del 2016, a un día de terminar este año quisiera hacer un balance de vida, el año no fue malo, todo lo contrario fue muy bueno, creo que ha sido uno de mis mejores años, creo también que aprendí, aprendieron y sobretodo luché por lo que quería, me he sentido inmortal muchas veces, también creo que he sentido demasiado (repito la palabra sentido) no sé que sentir muchas veces, hay momentos en donde siento  que caigo, y no es de esas caídas memorables, es de las que quizás pueda levantarme, pero que por esas obras del destino no lo hago, tengo una sensación inconmesurable en el pecho, me duele, me aprieta, se rompe, me desata.

Me enamoré hace un tiempo, de un hombre nuevo, de alguien con quien quisiera compartir mis enseñanzas y que me diga que el amor es distinto a lo que yo creo, me he sentido liberada con su amor, pero no es completamente mío, me comparte, lo comparto, porque no quiere ser especial, porque lo único que busca es ser circunstancial, me ha dicho muchas veces al oído con un solo susurro cuánto me ama y después como si nada le costara, como el singular de las personas, se va, me deja, se aleja y no le importa amarme, a él no le importo.

Estoy cansada de mirarlo, de sentirlo, estoy harta de sus desplantes, me gana la nostalgia empiezo a llorar y ya no siento ese amor divino por él, lo he endiosado hasta decir basta, mi amor por él es desmesurado, pero también quisiera encerrarlo dentro de una caja, creo que lo he logrado, ya no hablamos, no salimos, es algo así como un recuerdo, quizás un recuerdo del infierno, pero desde el día en el que lo conocí, me aferré a él, entonces supuse que no era amor, pero después de convirtió en elección y ahí me equivoqué.

Quisiera encontrarlo algún día en mi camino, yo sigo atada a su recuerdo infernal, a esos besos llenos de pasión, a esas noches en donde su cuerpo y el mío estaban juntos, aprendí a verlo cerrando mis ojos, a tocar sus manos sin sentirlo, lo he practicado con él, lo he buscado en mi mente y en mis sueños, he soñado con su amor, lo he visto sentado esperándome, ahí donde siempre lo hacía.

He llorado como jamás nadie lo habría pensado, me ha dejado sin nada, he extrañado su risa, he desbordado de pena, tristeza y silencio, porque ayer recordé que nunca lo dejé ir, hoy quiero hacerlo, quizás ese recuerdo ya no debería de seguir, quizás sea yo la que no se enamoró si no se acostumbró, no entiendo como puedo hacer tanto drama por algo o alguien que jamás será mío.

Carlos, mi psicólogo me dijo que no estaba enamorada, que quizás impresionada, ilusionada, pero no enamorada, el amor no te golpea, no te lastima y quizás sea cierto, pero no lo necesitaba, lo elegía, Carlos me repetía hasta el cansancio que era decisión mía dejarlo ir.

Dejar ir.

Entonces me levanté de la sesión y le consulté, Cómo hago Carlos? qué puedo hacer para dejarlo ir? me dijo: "Tienes que pensar en otras cosas, no peores ni mejores, pero sacarlo de tu mente", fue difícil la verdad, no ha sido algo con lo que pueda luchar,  ha sido demasiado pero yo lo hacía así, me encanta dramatizar mis historias es por eso que les digo como pasaron las cosas, sí, lo olvidé, lo dejé ir y así he sido feliz, sí se puede, yo lo logré.

*nada de esto es real

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