Creo que el sabe que me ha fallado, lo he sentido cuando me ha besado, sus labios ya no son los mismos, no me abraza igual, sin embargo mintiéndome he tratado de pensar en que eso no pasaba.
Su sonrisa ya no es la misma, sus ojos no me miran igual, mi gran amor ha cambiado y no he querido darme cuenta, pero lo siento, ¿Cómo hacía para no sentir eso? ¿Lo sentía?
Su sonrisa ya no es la misma, sus ojos no me miran igual, mi gran amor ha cambiado y no he querido darme cuenta, pero lo siento, ¿Cómo hacía para no sentir eso? ¿Lo sentía?
La historia
Él cambió una mañana gris de octubre, sus manos ya no eran las mías, sentía mucho frío y él no estaba ahí, se fue alejando, pero yo luché hasta el cansancio para poder remediar lo que pensaba tenía solución, no había que darle mucha vuelta, debí de irme en ese momento, pero mi amor era gigante, no tenía límites, para mí no habían otros ojos, yo tenía que estar con él y ahí entras en la lucha entre el corazón y lo que te dice la cabeza, me quería ir pero al mismo tiempo no, luché y luché y ya no pude más, no había esa reciprocidad que quería, había un escudo gigante entre él y yo, no habían lanzas, solo existía indiferencia, me mataba a diario, pero me recomponía, no podía.
Me fui.
La reconstrucción
No podía dejar de llorar, lo hacía sola eso sí, no quería consejos de esos que siempre te dan y te dicen que tú podrás salir adelante, que te puedes levantar, que la vida es así, no quería nada de eso, solo quería llorar y también está bien, llorar hasta que ya no haya más lágrimas, lloraba recordando, leyendo, escribí muchísimo, lloraba y lloraba, hasta que un día ya no habían más lágrimas, pero aún había dolor ¿Qué podía hacer con eso? empecé a ver otras cosas, salir con otra gente,no sé si a todos les funcione, a mí sí, empecé a apostar por mí un poco más, hice una pequeña lista de pendientes que tenía, proyecté viajes que aún no se han dado pero que quiero hacer, leí otros libros, empecé a manejar, ya no revisaba tanto mi celular, dejé que el amor fluyera y pueda irse, así pasó.
Mi corazón lo dejó ir
Entre esas idas y venidas, el amor fluyó y es correcta la frase que dice: "Quien mucho se ausenta, pronto deja de hacer falta" y así fue, lo olvidé, no necesitaba escuchar su voz, no sentía la necesidad de verlo, pasaron los días, las semanas, los meses y todo se veía más claro, el corazón ya no dolía tanto, porque si dolía, aún dolía su partida, su falta de querer, yo sentía que lo merecía todo, pero que no recibía nada, me di con la sorpresa atónita que le daba igual tenerme o no, pero ese mismo día que entendí eso; también me di cuenta que no era su culpa no estar, siempre fue así. El problema era yo que seguía esperando su gesto, como si no lo conociera.
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