jueves, 30 de abril de 2020

No hay mal que dure cien años


Era verano pero yo traía una blusa manga larga porque toda mi ropa estaba sucia y no tenía que ponerme, no había cuadrado bien mis días y no tenía otra opción, salí apresurada, para eso nosotros ya habíamos hablado antes, no sabría cómo explicar cómo empezó todo esto pero de algo estoy completamente segura, nunca faltó amor desde el primer día, creo que por eso terminamos por exceso del mismo, pero esa ya es otra historia.

Llegué tarde y tenía mil cosas que hacer, no le di importancia durante el día, me escribió, hablamos y nos vimos, desde ese día no dejamos de hacerlo hasta otros 1824 días más.

Nunca peleamos, me adapté, me acostumbré, entendí y siempre fui la que cedía a todo lo que podía hacerle bien a la relación,por amor, porque no me gusta pelear, podría tener un sin fin de razones en realidad, pero no sé qué más podría poner. Y así fueron pasando los años, no dudo que me haya amado o querido, pero era siempre yo la que quería más y era obvia la diferencia pero en ese entonces no me daba cuenta y dejaba que todo pasara, porque podría justificarme en el amor, y es la única verdad que tengo.

Lo amaba como a nadie, lo veía y sentía mariposas en el estómago entonces era amor, nunca me había pasado y estaba enamorada. Él me quería es cierto, pero tanta era su seguridad que no lo hacía notar, entonces me dolía, pero yo no hice nada por cambiar eso, no traté tampoco de hablarlo, porque no quería discutir y quizás ahí empezó mi problema.

Nunca fui completamente sincera con él, siempre le decía que todo estaba bien y era mentira, me mentía y le mentía a él, que bien me habría hecho un poco de sinceridad, yo sabía que me quería pero no me lo demostraba entonces no hice nada.

Pasaron los años y mi amor nunca más fue el mismo, así como me adapté a ser yo quien quiera tanto, también me acostumbré a su desamor y a su manera fría de ser conmigo, me adapté porque no quería hacer problemas, porque tenía mucho trabajo, que sé yo. Un día un poco harta de todo esto le dije que no podía continuar así, terminé con mi primer amor porque me explotaba el corazón y él no me demostraba lo mismo, aceptó mi decisión como quien se deshace de las cosas y me dejó ir, me sentí mal, duró un año superarlo; con su presencia intermitente lo superé y ahora soy libre de él y de su recuerdo.

No sé exactamente en qué momento dejé de amarlo, pero estoy segura que fue cuando empecé a soltar recuerdos, cuando dejé de llorar al escuchar su canción. Hace un año me liberé de todo ese gran amor y del peso que sentía, más tranquila, con menos euforia por verlo y un total desinterés puedo escribir sabiendo que lo dejé ir. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario