Yo siempre quise conocerlo, había invocado su presencia sin nombrarlo, quería saber más de él, me había llamado la atención, pero siempre he tenido malas elecciones y creo que esta fue una de ellas, hice hasta lo imposible porque me notara, me notó.
Todo empezó un día cálido de enero, ya había sol y era de noche, me escribió, le respondí, y así quizás nació todo o quien sabe, después de tanta conversación como es usual sentí esa conexión mágica con alguien que había terminado de conocer, quería simplemente estar con él, escuchar su voz, sentirlo cerca, abrazarlo, moría por hacerlo feliz ¿te hice feliz? quizás sí o tal vez no, nunca le pediría explicaciones a alguien que se fue, por amor propio o dignidad, qué se yo. Hoy me desperté pensando ¿qué pasó? cómo es que tanto cariño puede tener picadas y caídas tan estrepitosas, mi corazón nunca fue así, yo no soy así, porque sí existe la gente así entonces, me preguntaba toda la mañana y como escribir me salva y me sana ahora lo hago para poder entender como es que el cariño que decía sentirme se le fue ¿cómo? si algún día lees esto, escríbeme por favor porque no te entendí nunca.
Cuando lo vi, sentí esa electricidad en el pecho que me hacía temblar, me había arreglado desde muy temprano, llevaba la mejor ropa que podía tener, quería verme bien ¿habré estado bien? nunca se lo pregunté, me abrazó, me dio ese abrazo que había esperado por tanto tiempo y sentí como el corazón se me hacía chiquito, sentí que todo tenía sentido en ese momento, me besó y ahí caí en cuenta que quizás si había esperado tanto, podía esperar un poco más y había llegado él, quizás adelanté mi juicio en vano.
Me encantaba la vida que teníamos inventada en nuestra cabeza, queríamos ir juntos a muchos lugares, habíamos planeado irnos de viaje, ir al cine, salir, teníamos una fecha especial, recuerdo que le escribí a la misma hora y el mismo día que él me habló, estaba despierto porque era algo tarde y me respondió feliz, sentía que lo hacía feliz, me dijo eso "Eres mi felicidad" sentía la responsabilidad de hacer eso "siempre", no se pudo, no me dejó, no quiso y lo acepté.
Pasaron los días y en lugar de acrecentarse este sentimiento se fue muriendo como cuando le pones mucha agua a una plantita, igual, sentía que el ya no me quería, lo sentía pero no le decía nada, porque esa es mi mala costumbre aferrarme a los sentimientos, creer que la gente puede percibir mi enojo sin que yo lo muestre, así pasaron días, semanas y ya no aguanté le tuve que decir que no sentía la reciprocidad que sentía merecer, me habló tranquilo y pausado como es él, no luchó tampoco conmigo, asintió la falta de afecto y se fue.
Entonces comprendí una vez más dándome un portazo en la cara que mis expectativas fueron realmente altas ¿qué pasó? aún me sigo haciendo esa pregunta, aún sigo pensando en qué hice mal, quizás nada, pero aún sigo viviendo con esa incertidumbre, más que en mi mente, en mi corazón, no sentí pena, quizás fue alivio, quizás mi corazón ya estaba acostumbrado a sentirse lastimado, era una raya más, quizás en el fondo sabía que pasaría esto, quizás.
Me fui, se fue y ya no supimos qué podía pasar, se quedaron inconclusas esas salidas al cine, ese viaje que haríamos este mes y esas veces en las que el sol podía ser nuestro único aliado, aunque no tengo ninguna prueba, pero tampoco ninguna duda, sé que el verdadero amor va a llegar y aunque no sea como yo lo espere, sé que será recíproco, como lo merezco, como lo merecemos.
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