jueves, 28 de noviembre de 2019

Siete años después

Todos los días a las ocho de la mañana llegaba a mi oficina para recoger el diario oficial, preguntaba por mí, muchas veces no llegaba temprano y no lo veía, solo sabía que trabajaba en el piso 8 y su nombre, sabía también el nombre de la oficina, unas cuantas veces me crucé con él en el comedor, nunca pasó desapercibido, es más me puso nerviosa desde que lo conocí, yo quería hablarle, pero no sabía de qué, tenía muchas ganas de conocerlo - no se pudo - 

No olvido como sonreíamos cada que nos veíamos, es más mis intenciones de puntualidad siempre fueron para poder verlo, a la oficina llegó una compañera y le dijeron que ella ahora entregaría los diarios y que yo no lo haría porque me ascendían de puesto y tenía que concentrarme en otras cosas, reclamé y dije que no me quitaba tiempo, en realidad fue porque ese momento era mi única opción de verlo, no coincidíamos en el comedor ni en los ascensores, entonces no podía darme ese lujo de dejar de verlo, no me concedieron esa petición y me cambiaron de sitio.

Pasaron los días, no lo volví a ver, llegaba mucho antes de las ocho pensando que podía encontrarlo y no lo veía, pensé que quizás se había ido y que porque no le había hablado más, en ese tiempo todo no era tan digital como ahora, yo tenía blackberry recuerdo, no usaba mucho las redes, entonces lo único que podíamos hacer para hablar era mirarnos cada que él venía a recoger los diarios, pero eso ya no era posible, yo estaba en otra oficina y no lo podía ver.

No quería pensar que se había ido, pero tanta fue la ausencia de su presencia que lentamente se iba mi interés por él, quizás a él también le pasaba lo mismo y no me recordaba, es más solo sabíamos nuestros nombres, los días pasaron, los meses, ya no me acordaba de él y cambié de trabajo.

Siete años después

No lo recordaba con frecuencia, pero su cara no la había olvidado, me vio, me saludó, me reconoció, me sorprendí, fueron tres actos creo, no recuerdo más, pero lo que no había cambiado era su sonrisa, la tenía de nuevo conmigo, ya no tenía lentes, no sé muy bien que pasó, pero seguía siendo él, había mucha luz, por un momento pensé ¿por qué tengo que volver a verlo? y la verdad no tengo ninguna respuesta, tampoco tengo tantas preguntas, pero lo que si tengo es la certeza de que por algo apareció, por algo volvió.

En realidad no sé cuántas vidas más viviré, pero en esta que ha vuelto vamos a ver qué pasa.

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