viernes, 11 de marzo de 2016

Para siempre

No me equivoqué cuando elegí enamorarme, cuando aunque sabía que saldría derrotada intenté ser feliz y no morí, fui feliz, inmensamente feliz, no jugaba cuando me decía "no juegues con fuego, que te vas a quemar" me quemé, no resistí el incendio en mi cuerpo, no me voy aún, sigo aquí, escribiéndole porque no encuentro otra manera para que me entienda, porque mi amor sigue ahí, encendido, recibiendo una tras otra indiferencia más, de las que no merezco, pero que tal vez debo de recibir por obstinada, tal vez espero demasiado y no sé cómo terminará todo esto, ciertamente no quiero que termine, tal vez sea mi culpa, trato de no recordar su nombre, pero él también está ahí, me recuerda, me escribe, me llama, me persigue, me tienta a seguir sus pasos.

Soy parte de un juego macabro, todo el día hablamos, estoy tan segura de su cariño, como él del mío, aunque sé que no me ama, como lo quiero, como debo, me resigno a tenerlo cerca, a acariciar su espalda, que tanto me gusta, a rozarle el rostro y cerrar los ojos, tratando de recordar sus facciones para cuando me vaya, vuelva a cerrarlos y lo sienta, para cuando lo necesite, esté ahí.

Él formará parte de mi vida por un siempre quizá, seguirá siendo una de mis más grandes motivaciones, aunque le debo a él también entender que no le debo nada a nadie, que soy yo la que ha luchado y se ha forjado un destino diferente ¿Cómo no amarlo entonces? Si me ha hecho bien nada más, si en mi vida apareció para hacerme mucho bien, me ha dado el amor incondicional que no había sentido nunca, escribiría que nadie lo ha hecho, pero sería mentir, mi familia es mi incondicional y él también, creo que él sabe lo que significa, lo que siento, lo que no he dejado de sentir, aunque su corazón es malvado con mi amor, soy parte de esta historia de bajo presupuesto, en donde soy yo la que se desvive, la que pierde, pero que aún espera salir de noche de su mano, no me equivoco, tal vez suceda en otra vida., lo buscaré, nos cruzaremos y pensará distinto y puede que esté ahí, esperándome y sea yo la que me vaya, o sea él que pida que me quede.

"No seas buena, sé justa" trato de aplicar esta frase en toda mi vida o la que siempre digo "La gente que muerde la mano que los alimenta, lame la bota que los patea." (Eric Hoffer) para poder representar mis acciones diarias y cotidianas, quiero seguirlas al pie de la letra, pero con él no puedo, a él no lo dejo, está impregnado, es una de esas partes de tu vida, que no quieres dejar ir, que se ha pegado, que no se quiere ir también, es que ese es el problema, que si solamente sería yo la que siente, me iría, pero es recíproco, es maravilloso, todo lo bonito lo he conocido con él, me quisiera burlar de todo esto, pero no puedo, con este sentimiento no puedo. Intentamos separarnos, dejarnos de ver, despreocuparnos de lo que nos pasara, que no nos importara la vida del otro, dejar de extrañarnos, pero volví, volví al nido, a la madriguera, me llamó también, no pude irme, porque no lo necesitaba, solo que lo elegía, he ganado las mejores lecciones a su lado, he estado cuando se ha caído y lo he impulsado, él a mí me ha dado las mejores versiones de su personalidad, soy yo quien conoce un hombre distinto, es tal cual conmigo y yo soy auténtica, esa es la verdadera razón por la que no me voy, porque él es el único que ha conocido lo peor y lo mejor de mí y aún así se ha quedado dándome todo su cariño, acariciando mi cabello y diciéndome que valía la pena todo porque él se preocupaba por mí, en muchas ocasiones he pensado que él estaba destinado a mi vida, no creo en las casualidades, no creo en que apareció porque sí, yo necesitaba de alguien como él, estaba destrozada, moría lento, estaba muerta, me inyectó la felicidad que nadie más pudo hacerlo, con su buen sentido del humor, con sus abrazos y sus palabras que motivaban más de lo que él creía.

No existía amor, solo era cariño, tal vez hasta ahora sienta eso, solo eso, pero no importa, yo sigo ahí, porque este amor es así atrevido, destinado, consecuente, son meses de una locura que no quiero detener, de una situación que termine y se lleve mi alma y tenga que recuperarla nuevamente, porque le dije ¿Quién detendrá mi caída libre cuando tú te vayas? - TÚ, sólo tú, y tiene razón, no hay dependencia, pero no por eso, no voy a sufrir por su huida, por su partida, o tal vez por la mía, tengo la idea clara, sé que yo me iré primero, destruida por el desborde de amor, pero ahí vamos luchando por estremecer los sentimientos.

Caí en ese juego de miradas del que no me quiero ir, caí en ese momento crucial, en donde él apareció con esa sonrisa iluminada por un sol que le caía a su hermoso rostro blanco, soy parte de todo este juego en donde el que no se va, sale lastimado, que vamos a sufrir, pero que vamos a seguir, y es que él es el único que ha entendido que debe de hablarme cuando lo necesito, que me escribe cuando quiero leerlo, que me apoya, que no me juzga, que no cuestiona mis acciones, que está ahí pendiente de esta loca que lo único que ha hecho es sentir tanto y no dejar de hablar, hilando palabras, sentimientos, párrafos, escribiéndole mensajes que una que otra vez son contestados, que me alegra la vida, porque nuestro cariño, nuestro amor, va más allá de eso, es lealtad única, sinceridad y amistad mutua, nuestro amor va más allá de lo normal, es eso que nadie ha encontrado, y no va a encontrar si aún no entiende que no se necesita a alguien para ser feliz. Sé que me voy a ir, pero sé que él va a estar siempre, porque he entendido tácitamente que no lo necesito, que lo elijo, que es veneno en mi alma, que es alcalino, pero que siempre estará, impregnado, porque así lo decido, porque no es daño, él es sentimiento, es bienestar.


Porque hay amores que sí son para siempre, él por ejemplo. Se agradecen todas las lecciones en esta vida, él, mi mejor elección y la mejor lección también.




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