Normalmente suelo ser una persona muy sociable, altamente relacionada, me gusta conversar, hablar, escuchar, porque no son iguales las acepciones que escribo, todo lo contrario, hay gente que solo oye pero que no escucha, entre idas y venidas, he conocido gente que se ha ido, que se ha quedado por mucho tiempo, que no merece nisiquiera el saludo, pero que aún lo tiene y gente como ella, como él, gente que me rodea, gente que me escucha, gente que se alegra de tus logros sin ser nada tuyo, solo tu "amigo" eso, tu amigo, porque ya dejaron de ser gente para ser tus amigos, quisiera contarles estas historia porque ella lo merece, porque después de tantos años sigue estando aquí, abrazando mis logros y disfrutando mis locuras, y como no decir que también la quiero, que la odio a veces pero que siempre la termino queriendo.
Era noviembre o diciembre del 2006 aproximadamente, diez años atrás específicamente, era una adolescente, con miles de problemas en la cabeza, preguntas y ninguna respuesta, tenía compañeros, estaba en tercero de secundaria creo, lo más relevante de todo esto es que conocí grandiosas personas, que ahora pertenecen a ese círculo selecto que denomino mis amigas, esas chicas con las que he llorado incansablemente, porque nadie mejor que ellas saben que yo he llorado por todo, porque reprobé un examen, porque me hicieron daño, o simplemente de la nada y aprendí a controlar este sentimentalismo también porque la vida me enseñó a ser más fuerte, porque no todas eran buenas, pero ella era distinta, era honesta, fiel, leal, pero sé también que yo no era una de sus mejores amigas, es más nisiquiera me conocía, pero le caía bien, en la escuela donde estudiaba salíamos aproximadamente a las 3:00pm, yo era una de esas alumnas a las que no las recogía la movilidad, pero tomaba su bus directo a su casa, no hacía la popular hora, odiaba cuando el tutor o tutora hablaban de portarnos bien, de estudiar, yo hacía todo eso, sin que me lo digan y no veía la necesidad que me estuvieran diciendo eso a cada rato, salía, cogía mi mochila y me iba a mi casa, mi madre siempre ha sido muy estricta, no le gustaba que estuviéramos en la calle, donde todo era peligro, hasta ahora es así, pero creo que la entiendo, la calle es terrible, la vida es terrible.
Entre esas idas y venidas en la escuela, conocí a muchas personas y ahí estaba ella, era nueva creo, pero ya era popular, estaba con un chico de la selección de fútbol, amigo de uno de los chicos que había amado por completo en mi época escolar, me la presentaron, se llama Josselyn, era alta, degada, con el cabello rizado, muy bonito y sonreía muchísimo, todos querían estar con ella, era nueva, creo que era por eso, siempre la novedad.
Como ya iba acabar el colegio, un día me dijo, vamos al supermercado que queda cerca del colegio, después de los exámenes bimestrales, nosotros teníamos horarios en donde podíamos salir temprano después de los exámenes con la consigna de seguir estudiando o llegar a repasar, o tal vez a descansar y estudiar un poco antes, yo nunca había hecho eso, pero ella me inspiraba confianza, creo que nunca se lo he dicho, siempre me ha parecido una persona fuerte, segura de sí misma y muy sincera, accedí porque siempre les decía que no podía, por primera vez caminaba en otra dirección y me iba a ese supermercado conocido a comer un helado y no directamente a mi casa, tal vez sabiendo que mi mamá podría gritarme, pero no me importaba, ella me daba la fuerza, su mamá creo que era más joven que la mía, por eso tal vez ella tenía más libertades que yo, eso no es muy relevante ahora, nos juntamos muchísimo, se hizo mi amiga en esos meses que quedaban y con el paso del tiempo volvimos a vernos, seguimos hablando, tal vez no tan seguido, tal vez y se alejó y yo ahora tengo otras amigas, pero con ella hay tantas anécdotas, tantas promesas incumplidas, pueden creer que su fiesta de quinceaños, fue la primera fiesta a la que fui, pedí el permiso porque era ella, porque era mi amiga, y porque lo sigue siendo, la quiero con el alma.
Es cierto, sincera y fielmente querré a mi hermana, pero a ella la quiero como tal, porque me ha demostrado esa amistad sincera que muy pocas personas tienen, cuando algo les molesta, cuando algo no les gusta, cuando algo les deja de parecer, quisiera siempre tenerla a mi lado, que nunca se vaya, que se quede, que sus hijos me digan tía, que mis hijos la quieran tanto como la quiero yo, que sigamos siendo tan amigas, que nos ríamos de todas las tonterías que yo digo, porque ella a diferencia de mí, es muy seria, es muy inteligente, pero es tan buena persona, que por eso comparto mis bromas con ella, porque las merece, porque las celebra, porque las disfruta, aunque a veces sea tan rara, tiene ese poder de ser una gran amiga, esa amiga a la que le tengo una promesa incumplida, pero muchas por cumplir, gracias por apaciguar mis penas, por alentarme, por limpiar mucha de mis lágrimas y por reírte de mis bromas, gracias por eso querida amiga, aún tenemos muchas deudas pendientes, pero que el cariño nunca quede pendiente, que se quede aquí, eterno y sincero, solo eso.
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