Hoy voy a escribirle a la vida, porque quiero celebrarla y agradecerle, a veces solo nos detenemos en quejas, en culparla de que todo está mal, puede ser que quizás yo también haya hecho eso en algún momento, pero hoy quiero que cambie y quizás funcione, no lo sé.
Hoy le escribo a la vida porque dentro de esos vaivenes la celebro al otro lado del horizonte, porque esa vida me ha permitido conocer y desconocer personas que se volvieron importantes y que ahora ya no lo son, quien diría.
Hoy celebro su sonrisa y sus ganas de vivir, su manera cómica de alegrarme y de hacerme sentir bien, como no celebraría tu vida si le diste un poco de vida a la mía, quisiera que supieras muchas cosas de mí; aquí te cuento solo algunas, todos los días antes de que salga el sol leo periódicos, aunque creo que eso ya lo sabes, voy caminando algunas cuadras al trabajo, no sé estacionar muy bien, me asusta tener que hacerlo, pero lo hago. Me río de todo aunque a veces la tristeza infinita me invada.
Siento que quizás vas a estar, no sé cuánto tiempo, pero el que estés procuraré siempre ser paz, risa y alegría, porque eso es lo que tú me das.
Antes no había escrito con el corazón tan entusiasmado, porque eso de que el corazón solo bombea sangre es mentira, el corazón quiere y quiere bonito, quizás en un tiempo más largo todo esté mal, pero procura guardar este escrito, en cada fragmento, en cada palabra y en cada oración está tu nombre.
Anda siempre despacio, contento, pero decidido, tu alegría infinita hicieron que mis escritos sean ahora más felices, celebro tu vida desde otro espacio, pero lo celebro porque eso eres; vida.
Te quiero y multiplícalas por las veces que sean necesarias.
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