Y te diría que sí mil veces más, te abrazaría hasta que el aire se comprima, pero no se puede, vienes, te vas, regresas, no estás, hoy le escribo al silencio de las hojas que guardaste en ese buró.
Tengo ese vacío emocional que no aparecía meses atrás, tengo esa duda existencial de si continuar o parar, pero siempre sigo y no está mal, me apeno, me hundo, pero me salvo, es una suerte de trilogía, escribo y aparezco en la orilla, en la orilla donde tú estás, te sigo viendo y recorro con la palma de mis manos tu rostro, ese que nunca he tocado, pero que el silencio ha hecho su trabajo, he aprendido a reconocer tu olor a lo lejos, a percibir y resistir tu ausencia, he sentido como todo se acababa y como todo volvía a la normalidad.
Te abrazo con el alma, con fe y y con nostalgia, de esa que ya no me acordaba que existía, pero que ya no se siente tan mal, he vuelto a escribir, no sé si es por ti, pero es lo que generas en mí, podría un escrito ser tan intenso, hay muchas variables, quiero pensar que sí, solo escribo, solo leo, solo veo, no quiero tener motivos, pero uno de los motivos eres tú.
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