domingo, 3 de mayo de 2020

Por Raquel


No puedo interpretar mi crecimiento emocional sin todas las barbaridades que he podido pasar, desde la muerte de Carlos, lo duro que fue despedirme de Alisson, la partida de Anthony, han sido situación trágicas que me enseñaron a que podía estar bajo un túnel y existía una luz profunda y algo que podía empujarme para seguir sobreviviendo, porque ahí pensaba ¿qué más podía pasar? ¿Había algo más?

Qué pereza la calle, la gente, la vida, qué flojera tener que conciliar, estaba en la tristeza infinita y aún así me levanté, me deconstruí en base a llanto y a dolor, porque no había de otra, era eso o seguir sufriendo y opté por lo segundo, opté por seguir viviendo.

Tengo que agregar también que no ha sido fácil, ¿para quién lo ha sido? - es por eso que no me creo especial - y en parte me aburre mucho hablar de mí, es por eso que escucho mucho, que leo, y que ofrezco amor, quizás no el mismo que me dan, pero lo doy, son pocas las personas que quiero, me arrancaría el corazón y se los daría sin titubear, les daría toda mi sangre por salvarlos, le entregaría mi alma al diablo si uno de ellos corriera peligro, esa es mi manera de demostrarles mi amor.

Pero también he llegado a un punto en donde todo me da igual, qué mal nos hacen algunas experiencias pasadas, hay gente que te daña, te carcome y no se da cuenta y así sigue, gente que te hace la vida imposible y dice quererte, gente que se aterra con tu éxito, pero que te mantiene atado a ellos. 

Recuerdo a Raquel diciéndole a Damián “tú me hiciste la vida una porquería, eres el peor ser humano del mundo, tú me enloqueciste, yo lo intuía Damián, yo lo sabía, y yo te lo pregunté a ti, ¿tienes idea de lo que es vivir en el infierno de mi cabeza, tienes idea lo que me hiciste?” escuché esto y me di cuenta de lo dañino que pueden ser algunas personas en nuestra vida, me dolió, lo escuché, lo aprendí y lo viví, no tienen idea de cuantas vueltas le he dado a esa conversación y después de todo pude también entender el dolor de Raquel.

Su dolor era parecido al que a veces tenemos todos, pero en diferentes circunstancias, hay personas que amas con el corazón abierto y dejas que te dañen, no porque quieras si no porque justificas con amor todo ese dolor, sigues intentando pero caes en cuenta que no debes de permitir más y te vas, alguna vez han sentido eso ¿ese dolor en el pecho? Yo lo sentí y lo recuerdo, fue un 28 de julio del 2015, fue el único día que me permití sentirme una tonta frente a una pared llorando, pero tenía tantas ganas de hacerlo que no podía no permitirme hacerlo, me desahogué tanto que me di cuenta que podía parar y calmar mi dolor así, entendí desde ese día que no podía reprimirme sentir, pero que no todos merecen mi cariño, tampoco mi dolor.

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