Podría decir que he escrito siempre como mecanismo para explicar y entender mis sentimientos, muchas veces he escrito triste, desesperada, ahogándome de la pena y he restablecido mi corazón y mi alma, me ha ayudado siempre, es una terapia gratuita que me doy.
Nunca he mandado mis escritos, porque son míos, si en algún momento he querido que el remitente lo sepa, nunca hice nada para que los lea, porque como extrapolaba mis sentimientos a la vida real, si quería dejarlos en la vida virtual del blog.
Yo no sé honestamente que pase en los días que vengan, solo se que mi corazón descansa y ya no escribo con pena, sé que finalizando el día duermo tranquila y no tengo pensamientos que dañan mi alma, ya no tengo preguntas sin respuestas, ya no tengo dudas, tengo paz y eso esta bien.
He escrito por personas que no existieron, de las que ya no recuerdo el nombre, he reflexionado sobre todo lo que he podido pasar en estos últimos cinco años y creo que la vida la complicamos nosotros mismos, queriendo a gente que luego se torna espantosa, pero afortunadamente, también podemos elegir a quién querer y es ahí donde empieza a cambiar todo.
Hay gente buena que no te toca, pero te acaricia el alma, hay gente que no necesita estar junto a ti, pero lo está, gente a la que quieres a lo lejos y esperas que esté bien, este es mi lado cursi y ese lado nadie lo conoce más que yo, aunque ahora y aunque quizás me equivoque he mandado mis escritos, y quizás todo va a estar mal, pero no importa, la paz que tengo ahora no la cambiaria por nada y esa paz la encontré desde que dejé ir el amor que no construía, desde aquel mayo 2018 que dejé de sentir, hay lecciones en la vida que duran más que otras, pero uno siempre debe de elegir que batallas son las que quiere pelear, yo me cansé de remar sola y salí a flote, ahora estoy bien, escribiéndome por mí y quizás ya para alguien más, porque mi lado cursi lo demuestro escribiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario