miércoles, 19 de julio de 2017

Otra vez

Me estoy yendo sin que él lo sepa, despacio, sin avisarle, sin mirarlo a los ojos, porque si lo hago, no me voy, me quedo a su lado, me enamoro aún más, tengo el corazón partido, la mente me dice que hacer y el corazón quizás inconscientemente me dice que me quede, de un tiempo acá, él ha sido mi felicidad absoluta, mis manos, mis ojos, mis mejores momentos, lo amo como jamás pensé amar a nadie y quizás en otro momento vuelva a amar, pero a nadie como lo amo a él, ha sido mi amor puro y bonito, sus ojos, sus manos, sus palabras, nuestras conversaciones por la noche, las canciones que me recuerdan su nombre. 
No me cabe la menor duda que ha sido el mejor error de toda mi vida, lo he amado porque lo ha merecido, pero yo no merezco sufrir, no quiero tampoco, y vengo luchando con eso día a día, levantándome con una despedida en la boca, diciéndole con los ojos que lo amo, pero aceptando que no me ama como lo amo yo a él y tal vez sea mi culpa porque he esperado más de lo que he percibido y aunque nunca he pedido más, me duele, me lastima y sufro, sufro mucho. 

Pero no tengo remedio, lo sigo, lo aclamo, huelo a él, siento por él y aunque no me ama, me quiere y quizás sea solo eso, quizás sea solo un gusto, tal vez no me ame porque no quiere sufrir como yo lo hago, quizás pueda amarme pero no me lo demuestra, ese es mi primer problema, el de la negación, el de pensar que pueda llegar a amarme cuando sé que no pasara, es un sueño, utopía para mis ojos, me desespera que no corresponda a todo mi amor, pero si declaramos culpables, la única que iría a la carcel sería yo, me he detenido firmemente a pensar en qué puedo hacer para sobrellevar este dolor y el único camino que puedo emplear es el de olvidar, el de dejar ir y quizás sea el mejor. 

He tenido las mejores tardes, los mejores días y en sus manos me he convertido en mujer, en su piel he sentido el mayor de los éxtasis, lo amo porque he volado en su mente y he regresado al mismo nido, lo he besado como jamás he pensado hacerlo, he sentido el cariño más desinteresado a su lado, con él no importa si son diez minutos, quince segundos o veinte horas, no interesa, si es a su lado yo soy intensamente feliz, no importa si son chocolates, gomitas, caramelos o un diamante el que me pueda dar, si viene de él hasta una servilleta con su nombre es real, es amor, he entendido que mi amor sobrepasó cualquier límite que creía conocer y lo he mirado francamente, él conoce de mis sentimientos, él sabe que lo amo de la manera más pura, limpia, nunca le he fallado y no pienso hacerlo, quiero que sea feliz también, es mi lucha, su sonrisa, su tranquilidad. 

Muchas de las veces en las que hemos conversado, yo he estado rota, destrozada  pero hasta el día de hoy he tratado por todos los medios de hacerlo feliz y sé que le duele tanto como a mí que yo sufra, a mí me rompe demasiado no poder manejar mis sentimientos, no obstaculizar esas lágrimas y no saber sobrellevar algunas situaciones que me duelen como nada, sé que soy dueña de parte de su corazón, sé que ha sido intensamente feliz conmigo, sé que me elegiría quizás en otra vida, pero como no la hay, me tengo que conformar con la que me tocó, cuando escribo esto, siento ese cosquilleo que te duele y ese apretón en la garganta que se convierte en un agujero en el corazón. 

Estoy escuchando una canción que me teletransporta a sus ojos, a sus manos, a sus sonrisas, a esas tardes en donde estábamos juntos, siento que ya estamos a un paso de despedirnos y me duele demasiado, siento que me voy a volver a hundir, siento que me estruja el alma, me enamoré tonta y locamente de un amor que nunca será mío, no me apiadé de mí misma, he llorado incansablemente, he sentido que he caído en lo más profundo, pero siempre me he levantado, tal vez no sea necesario tanto drama, quizás nadie me crea, pero sé que él sabe todo lo que siento, él sabe, lo sabe. 

No me quepa la menor duda que he aprendido a amar con sus manos, con sus ojos, con su manera linda de hablarme, con esas conversaciones de madrugada, soy yo quien lo conoce íntegramente, sé sus secretos y sus temores, lo conozco como nadie lo ha conocido y me tengo que ir, lo tengo que dejar porque no aguanto tanto amor, tengo que irme, no puedo más con este dolor, he llorado lo necesario y aunque siento que mi amor ha cambiado, lo sigo amando, lo he amado en secreto y él no lo sabe, no se lo he dicho, no le he dicho que lo sueño, que lo amo como en las novelas, como en esos cuentos de niños. 

Si tendría que diseñar mi príncipe azul, sería exactamente igual a él, amo cada una de sus imperfecciones, sus ojeras, sus labios gruesos, sus ojos chinitos, me he equivocado tantas veces, pero sé que este es uno de los mejores errores de mi vida. 

No sé en qué termine, o cuando termine, tal vez estemos más cerca de lo pensado o quizás no, lo único que sé es que nadie es indispensable para poder continuar y aunque me destruya cuando me vaya, sé que volveré a empezar. 

Gracias por enseñarme a amar, aunque fallamos en el intento.