martes, 21 de mayo de 2019

No soy como tú

Empezaré diciendo que nunca he querido ser como nadie, he tratado de construir mi personalidad en base a los diferentes episodios de los que mi vida ha sido parte, he querido ser siempre la que pilotee mis errores, siempre les he hecho frente, nunca he dejado inconcluso algo que yo misma inicié y quizás ahí radique mi problema.

Me propuse ser más desapegada, tener más autocontrol y ser más crítica conmigo misma, pero no he podido, he amado hasta que me tiriten los huesos y he fallado mil veces (quizás más) en sentir ese desapego por esa persona que quizás no merece este amor tan leal. 

He querido, lo juro, he luchado contra todo lo que sentía porque ya no podía más, pero en ese proceso de querer dejar de quererlo, reflexioné sobre qué era el amor y sobre qué era lo que quería quizás para mi amor futuro, no quiero pedirle que me quiera, no quiero decirle qué hacer, lo quiero libre pero que sea su elección diaria, que en mis manos sienta paz y en mi sonrisa felicidad, que sea inmensamente feliz y libre, eso nada más.

Me he topado con la presencia intermitente, con sus idas y venidas y su latente egoísmo de no soltarme, sé que detuvo mi caída libre, pero si no me ama ¿para qué seguir? no creerá él que mi corazón alberga esperanzas, no creerá que puedo amarlo hasta el punto de permitir que sea tan distante y cercano a la vez, que me quiera y quizás no lo sienta, no sé, quisiera pensar que no se da cuenta, porque si supiera que sabe que con esas actitudes me daña, caería en cuenta que nunca me quiso.

No soy como él, porque lo he querido constante, nunca dejé de hacerlo, soy un apoyo incansable y siento que no merece mi consideración porque se arrepiente de mí y de este amor, hace poco entendí con una de sus conversaciones que quisiera retroceder el tiempo y no haberme permitido entrar en su vida, sentí como ese apretón en la garganta volvía a existir (ya no pasaba) y como podía llorar pensando en que algo hice mal, pero he llegado a la conclusión que nunca he hecho nada mal, que le entregué mi corazón, mi alma y años de mi vida y no importa porque mi amor fue leal y sincero, yo lo amé y amaré de la misma forma a mi amor futuro, porque que él me haya fallado y roto como no tiene idea, no significa que yo haga lo mismo, yo no soy como tú (por si algún día me lees).

He fallado, es cierto, pero aunque no tenga ninguna prueba sobre cuánto lo he amado, no me queda ninguna duda de que todo fue real y que no importa cuántas veces me fallen yo seguiré siendo sentimental, seguiré lidiando con tanto amor, porque en esta aventura de la vida, el que no siente pierde.

Quizás le fallé en el intento de aprender sobre desapego, pero no le fallé en amarlo, quizás nadie lo amará como yo, quizás.

viernes, 17 de mayo de 2019

La última carta

Estoy sintiendo como el corazón nuevamente se estruja en mil pedazos, he llorado y prometí no hacerlo, he sentido como tu desinterés podía romperme nuevamente, no intento con esto calmar mi dolor pero lo que si quiero es sentir que algo estoy haciendo por mí misma, estoy escribiendo lo que siento con el único objetivo de parar de llorar, mi corazón quiere tranquilidad y solo encontró tempestad en tus palabras.

Tengo tantas cosas para decirte, quisiera contarte de la casita que soñé a tu lado, de las cortinas azules que quería en nuestro cuarto, de la cama en la que dormiríamos juntos, quería contarte, pero siento y reafirmo hoy una vez más que hablar contigo sería un monólogo sin fin, no entenderías nada de lo que te digo porque no estás y nunca estarás más, en todo este proceso he lastimado mi corazón como no tienes idea, no te reprocho eso porque soy la responsable de todos estos sin sabores, soy la que ha decidido quererte tanto tiempo y quizás sea yo hoy la que decide dejar de hacerlo, quién sabe.

Quiero gritarte cuánto te he amado todos estos días, cómo he esperado esa llamada en la noche, quisiera darte un golpe en la cara para que sintieras cómo has roto este corazón, pero no me quepa la menor duda que no dañaría nada, es más siento que no podrías llegar a sentir nisiquiera el 1% de lo que yo he sentido por ti, y me lastimaría una vez más sentir ese desinterés tuyo, me desalentaría a seguir amándote y quisiera no sentir más.

Sé que nada de esto nunca fue mutuo, lo sé mejor que nadie y es por eso que siempre lo he escrito, es por eso también que no tendría ningún sentido decírtelo ¿para qué? si sé que tu reacción será distante, ¿para qué quedarme? para seguir recibiendo indiferencia, esa indiferencia que me mataba en lo más profundo de mi exceso de interés.

Siempre neutro, desapegado, como si no sintieras nada, como si yo no significara nada, siempre sintiendo ese desafecto del que solo se quejaba mi corazón porque ya no podía decir nada, no quería tampoco, solo quería verte feliz, puse por encima de mis emociones tu corazón, ese corazón del que hoy me quejo.

No quiero saber qué sientes ¿para qué? si sé que no es nada parecido a lo que yo puedo sentir, no quiero y no puedo reafirmar esa herida que carcome mi corazón, es por eso que te escribo ya esta última carta, para decirte que desisto de quererte, que me rindo, que ya no puedo más con tu falta de amor y desinterés, que aunque me esté muriendo de amor decido irme ya para siempre porque no comprendo ¿qué hice mal?

No quiero verte porque duele menos escribirte sabiendo que quizás nunca lo leas, tu desinterés en mis cosas me hacen saber desde ya que este escrito no lo vas a leer, no quiero verte también porque voy a llorar y quiero irme fuerte, siento las lágrimas caer y limpiarlas para que nadie más vea como me duele irme de tu desinterés y de tu falta querer, me he ahogado en el intento de ser la mejor versión de algo que quizás nunca te gustó, me he ahogado con mis propias lágrimas intentando dejar de quererte, no importa que no me leas y que no sepas que me fui, duele menos a tu desamor, desapego e indiferencia, duele menos.

No se había ido

Estaba decidida a dejar de quererlo, firmé una consigna con mi amor propio, mi dignidad y con mi manera de ver la vida, pero algo tenía que romperme, él estaba pensando en volver a aquel lugar donde se había ido, entonces ciertamente nunca se fue, su corazón siempre estuvo ahí, cual pájaro volando se desvanecieron las únicas esperanzas que mi corazón albergaba, quiero llorar y dormir un par de horas, quiero preguntarme ¿qué hice mal? pero sé que no hice nada mal, sé que entregué todo lo que en vida pude hacer, quisiera desaparecer ahora mismo, quisiera irme, no volver nunca.

Quiero dejar de quererlo, pero no puedo ¿qué hago? ¿qué debemos hacer en estas situaciones? ¿afronto el tema? ¿le digo que lo odio? ¿que lo amo? ¿qué hago? mi cabeza está explotando llena de sentimientos estúpidos que nunca debí permitir que se quedaran, siento que todo el sentimiento ha vuelto, siento que todo es como antes, siento que la vida me está dando un portazo en la cara nuevamente diciéndome que lo volví a querer en vano, que no aprendí nada de ese locazo corazón, siento que no debo de quererlo, pero cómo le explico eso a mis sentimientos ¿qué hago?

viernes, 10 de mayo de 2019

Desventaja

Yo siempre quise conocerlo, había invocado su presencia sin nombrarlo, quería saber más de él, me había llamado la atención, pero siempre he tenido malas elecciones y creo que esta fue una de ellas, hice hasta lo imposible porque me notara, me notó.

Todo empezó un día cálido de enero, ya había sol y era de noche, me escribió, le respondí, y así quizás nació todo o quien sabe, después de tanta conversación como es usual sentí esa conexión mágica con alguien que había terminado de conocer, quería simplemente estar con él, escuchar su voz, sentirlo cerca, abrazarlo, moría por hacerlo feliz ¿te hice feliz? quizás sí o tal vez no, nunca le pediría explicaciones a alguien que se fue, por amor propio o dignidad, qué se yo. Hoy me desperté pensando ¿qué pasó? cómo es que tanto cariño puede tener picadas y caídas tan estrepitosas, mi corazón nunca fue así, yo no soy así, porque sí existe la gente así entonces, me preguntaba toda la mañana y como escribir me salva y me sana ahora lo hago para poder entender como es que el cariño que decía sentirme se le fue ¿cómo? si algún día lees esto, escríbeme por favor porque no te entendí nunca.

Cuando lo vi, sentí esa electricidad en el pecho que me hacía temblar, me había arreglado desde muy temprano, llevaba la mejor ropa que podía tener, quería verme bien ¿habré estado bien? nunca se lo pregunté, me abrazó, me dio ese abrazo que había esperado por tanto tiempo y sentí como el corazón se me hacía chiquito, sentí que todo tenía sentido en ese momento, me besó y ahí caí en cuenta que quizás si había esperado tanto, podía esperar un poco más y había llegado él, quizás adelanté mi juicio en vano.

Me encantaba la vida que teníamos inventada en nuestra cabeza, queríamos ir juntos a muchos lugares, habíamos planeado irnos de viaje, ir al cine, salir, teníamos una fecha especial, recuerdo que le escribí a la misma hora y el mismo día que él me habló, estaba despierto porque era algo tarde y me respondió feliz, sentía que lo hacía feliz, me dijo eso "Eres mi felicidad" sentía la responsabilidad de hacer eso "siempre", no se pudo, no me dejó, no quiso y lo acepté.

Pasaron los días y en lugar de acrecentarse este sentimiento se fue muriendo como cuando le pones mucha agua a una plantita, igual, sentía que el ya no me quería, lo sentía pero no le decía nada, porque esa es mi mala costumbre aferrarme a los sentimientos, creer que la gente puede percibir mi enojo sin que yo lo muestre, así pasaron días, semanas y ya no aguanté le tuve que decir que no sentía la reciprocidad que sentía merecer, me habló tranquilo y pausado como es él, no luchó tampoco conmigo, asintió la falta de afecto y se fue.

Entonces comprendí una vez más dándome un portazo en la cara que mis expectativas fueron realmente altas ¿qué pasó? aún me sigo haciendo esa pregunta, aún sigo pensando en qué hice mal, quizás nada, pero aún sigo viviendo con esa incertidumbre, más que en mi mente, en mi corazón, no sentí pena, quizás fue alivio, quizás mi corazón ya estaba acostumbrado a sentirse lastimado, era una raya más, quizás en el fondo sabía que pasaría esto, quizás.

Me fui, se fue y ya no supimos qué podía pasar, se quedaron inconclusas esas salidas al cine, ese viaje que haríamos este mes y esas veces en las que el sol podía ser nuestro único aliado, aunque no tengo ninguna prueba, pero tampoco ninguna duda, sé que el verdadero amor va a llegar y aunque no sea como yo lo espere, sé que será recíproco, como lo merezco, como lo merecemos.