miércoles, 26 de junio de 2019

Me hubiera quedado

Te cuento que ahora me levanto más temprano, a las 5 de la mañana aproximadamente, mi papá me sigue abriendo la puerta de la cochera, aún manejo con zapatos bajos, porque los tacos son muy molestos, duermo un poco cuando llego al trabajo porque sigo llegando muy temprano, a algo tenía que llegar temprano, aunque hubiera querido que sea a tu vida.

Sigo sin entender como es que esa música tan loca te gustaba, la escuché, quizás algunas para poder tener tema de conversación (no funcionó) pero hay que hacer sacrificios auditivos a veces, te cuento que sigo escuchando reggaeton y esas canciones lentas de las que te reías, pero que también escuchabas, porque una de las cosas más locas que hacíamos juntos era disfrutar de nuestras diferencias, las mismas que nos hicieron unidos y de las que nunca renegábamos.

Sigo escribiendo, no tanto como antes, ya no para ti quizás, pero hoy lo hago, por ti, por mí, a tu nombre, siempre pensé que eso no pasaría, me hubiera gustado escribir siempre para ti, tenía un sueño que hoy te voy a contar; quería quedarme a dormir contigo como siempre, verte el rostro pero cerrar los ojos y con la mano recordar cada lunar que tienes, pensar que tus manos estaban en mi espalda y sentir un beso tuyo, quería verte sonreír, despertar y decirme que me querías, quería verte desnudo entrelazado con las sábanas, unas azules o las cortinas de ese color para pensar que estábamos en el cielo, a tu lado siempre me sentí así, siempre sentí que estaba en el cielo o en el paraíso, huyendo de los problemas y alegrándome solo por verte, ¿la magia del amor, no? quería escribir algún día estando así nosotros, juntos, desnudos, viéndonos, yo contándote historias o bailando como lo hacía tan feliz, saltando o acordándome de las anécdotas de niña que siempre te gustó escuchar o puede ser también cuando imitaba a algún amigo nuestro, ¿eras feliz, verdad? ¿eras feliz, escuchando mis historias?, ¿por qué no lo hice? quizás porque quería disfrutar cada segundo a tu lado, no sabes cuánto valoraba esas horas, días, esos minutos que podía estar contigo, no tengo ninguna duda de que fuiste el primer más grande amor de mi vida.

Me hubiera quedado contigo para siempre, a tu lado, escuchando nuestras historias y sonriendo, quizás llorando, pero juntos, me hubiera quedado contigo, contando los botones de tu camisa, eso hubiera querido, pero no se dio y quizás no me arrepiento, fui feliz lo que la vida quiso y eso solo importa.

Le agradezco a la vida haberte conocido, porque eres parte de mi historia, es más tenemos juntos una historia. Juntos  (quiero bailarte en mis sueños esa canción)

viernes, 21 de junio de 2019

Podría pedirte perdón

Para seguir adelante debes de tener claro qué cosas son las que quieres hacer en lo que queda de ese tiempo que puedes destinar en pensar en ese problema o en ese amor que no concluyó, en esa relación que quisiste que sea y no tuvo el fin que habías deseado, esa es la fórmula perfecta para que tu dolor sea más venidero.

Hace algunos meses empecé a darme cuenta que no quería y no podía permitirme sentir ciertas emociones que a la larga o a la corta me podían perjudicar, es por eso que tomé distancia de una de las personas más importantes en esta vida, me alejé no porque sea malo o porque me haya hecho daño, si no porque si los sentimientos no son recíprocos ¿para qué? tomar esa decisión fue difícil, es algo así como una introspección personal, me adelanté a lo que quizás podía venir y no quería sentir, me alejaba porque tampoco quería perderme entre tanto sentimiento, porque no quería también sufrir, no tenía sentido sufrir por amor y así fue.

Me fui, me dejó ir también (por mi bien me dijo) ¡Mentira! (exclamé en mi cabeza) lo hacía porque así es él, simplemente no siente lo mismo y no es capaz de decirlo, pero yo lo siento, yo sé como es él y por eso me fui, por mi bien, y más por el de él, no merece sentir culpa de mis sentimientos, si aquí la culpable soy yo, sentía como todo podía venirse abajo, he llorado leyendo notas que yo hacía con tanto amor, pero ha sido necesario, siempre será necesario e importante llorar y sentir que todo se va yendo de a pocos.

Podría pedirte perdón por arruinar esos domingos de llamadas con llantos diciéndote cuánto te amaba, podría decirte también que quizás nadie en este mundo te va a amar como yo lo hice pero sé que eso ya lo sabes y que no importa, porque la vida es así y quizás sea más fácil olvidarte que seguir amándote, te cuento que ya no se me hace el nudo en la garganta cuando hablo de ti, no sé si dejé de quererte o quizás aprendí a vivir con tu ausencia, aunque estaba acostumbrada siempre a tu manera tan extraña de ser. 

Quisiera pedirte perdón por las veces en las que necesité que me dijeras cuánto me querías y te lo pedía, nunca debí de haber hecho eso, pero mi corazón así quería hacerlo, hoy puedo decirle a todos que es mentira que el corazón solo bombee sangre, sí siente y cuando no es recíproco siente aún más, podría decirte que todo está bien y que ya no me duele nada, pero te mentiría, aún me sigo preguntando¿por qué? ya no tanto como antes, pero aún me hago ciertas preguntas.

Y aunque detuviste mi caída libre, nunca te sientas responsable de este infierno, he aprendido de todo esto que es necesario empezar a soltar y aunque quizás ahora no lo creas tú me hiciste mucho bien. Jamás te cargaría con el peso de este desamor, llegué tarde a tu vida, esa es la explicación que siempre he tenido para apaciguar algunas veces mis preguntas.

jueves, 20 de junio de 2019

Sus manos


Con una sola palabra, una sonrisa o un desliz
solo una mirada, su espalda desnuda o una flor
una palabra, su mundo, sus promesas
un baile, un beso, sus manos, no necesito nada más
una fecha más y sus abrazos llenos de paz 

lunes, 3 de junio de 2019

Brevete

Cuando tenía 17 años me moría por manejar, quería tener mi propio auto y cortaba unos cupones para concursar por tener el mío, aunque no gané, descubrí que siempre persistí en esa loca idea de tener uno, lo logré tiempo después, no a los 17 claro, ocho años después llegó ese carro rojo que siempre soñé, pero antes de eso siempre existieron algunas trabas que la vida me puso para enseñarme a ser más fuerte, a quizás tener más temple en decisiones venideras.

Ya por mis 18 años quise sacar el brevete, estudié no saben cuánto, por aquí la lógica es pasar el examen de salud, otro de conocimientos y por último el práctico, mi padrino me había enseñado a manejar auto mecánico, pero yo quería un automático, algo más sencillo y quizás más seguro, uno de mis primos vino a Lima y le comenté que quería manejar, yo soy muy insistente cuando quiero algo, accedió a enseñarme y también me matriculé en una academia de manejo, que en realidad no me sirvió mucho, pero algo de conocimiento obtuve, yo estaba segura de que a la primera la hacía, había aprendido la ruta (son 2) fui a practicar al costado del touring, y sentí que ese día salía con el brevete en la mano ¡FALLÉ! no saben cómo me sentí, me había fallado a mí misma y no quería hablar con nadie, me sentía mal, triste y sobretodo frustrada, dormí todo ese sábado y como me sentía triste no quería que nadie me molestara, desperté como a las 6 o 7 horas y me propuse a mí misma seguir adelante, tenía 2 oportunidades más y podía intentarlo.

La segunda oportunidad también me puse nerviosa y en la ruta me llevé un cono (ahora me río) anaranjado que dividía los espacios, bajó un profesor del touring y con una sonrisa me dijo "tranquila, puedes venir otra vez más" yo me sentía morir, me volví a fallar, pero no entendía por qué, habían dos rutas, la A y la B, en esas dos oportunidades me había tocado la B y para mí era la ruta más fácil, pero me estaba fallando.

Le escribí a un amigo para que me enseñara alguna técnica o cómo podría hacer para mejorar y sacar ya el brevete, llegó a mi casa en su auto y me enseñó varias técnicas, mi buen y gran amigo también me habló de la tranquilidad y la paciencia, yo me sentía frustrada y él se dio cuenta, me abrazó y me dijo que confiara en mí, que quizás estaba estresada, pero que no dejara de intentar.

Seguí intentando porque ya era un reto personal, volví a ir y con paciencia al salir me dieron un papel: "APROBADA" sentía que el corazón explotaría, estaba feliz y dentro de toda la frustración me di cuenta que si no insistía no podría lograr lo que tanto quería, así tendría que ir 20 veces, yo habría ido, necesitaba ir y seguir intentando, ahí me di cuenta que parte de mi esencia es esa, seguir intentando, seguir emprendiendo quizás en nuevos retos, en más desafío, quizás en más vida por vivir, aprendí también que no importa cuántas veces te caigas, debes de levantarte y seguir adelante, y en este episodio tan frustrante me di cuenta que nunca debo dejar vencer esas ganas locas por seguir aprendiendo de los que son mis errores y sí, aprendí de mis errores y es gratificante darte cuenta de eso.

Sigamos en la lucha, insistir, persistir y nunca desistir. Nunca