lunes, 19 de abril de 2021

Viernes 9

Hubo una noche en la que te esperé y nunca llegaste, no sabes como anhelé que llegara ese día, y creo que pequé de ingenua, siempre lo hago, siempre pasa eso contigo y ya es un problema, problema del que no me doy cuenta porque tal vez vuelva a caer, pero ahora la caída ya no dolerá tanto y ese es otro problema, porque ahí me daré cuenta que te dejé de querer y que ya no importaría si me mintieras, ya no tendría el mismo valor saber si me quisieras, porque ya no afectaría en nada, me estás perdiendo y no te das cuenta, pero es que eso quieres, haces de todo para que te deje de querer, y te podría decir que probablemente lo estás logrando, no sé si me mientas, yo siento que no lo haces por eso te vuelvo a creer, pero es que siempre me fallas que ya no entiendo nada.

Y en el afán de recuperarlo todo, siempre vuelvo a escucharte, a darte el beneficio de la duda y aunque me haces feliz con frases articuladas, con citas postergadas y promesas incumplidas, siempre regreso, siempre lo hago y quizás sea porque creo que merezco un amor así, un amor a medias, un amor incompleto, qué se yo.

No te voy a repetir el argumento de que tú tienes la culpa, porque verdaderamente no es así, tampoco te diría que yo la tengo, en cierta parte y para ser democráticos ambos tenemos la culpa, yo por creerte y tú por mentirme, sé que estamos haciendo mal, pero siempre regreso, regreso con la ilusión de que ahora sea verdad, regreso para saber si cambiaste de opinión y finalmente cumplirás todo lo que dijiste, pero siempre es lo mismo y ese siempre acaba doliendo y ese dolor tal vez ya esté por llegar a su fin.

No sé si ahora mismo te quiero, pero he regresado y regresar ya es una señal, trataré de decirte adiós pero no sé si lo logre, quiero tener más fuerza para poder despedirme, esto es un monólogo que sé de memoria, hay días en los que repito este una y otra vez para tener un poco más de fuerza al irme, fuerza que no quisiera tener porque de verdad te quiero, pero cierras y abres la herida como si no existiera, como si lo que yo sintiera no importara y eso me marca en el orgullo, ya no en el amor que siento por ti.

¿Algo hice mal? Tal vez mi ropa o mi forma de hablar, quizás no te guste como escribo o como siento, podría ser que no soy tan guapa, pero todo eso es falso, yo sé que no lo soy, sé que no merezco todo esto, pero retrocedo, retrocedo alegando que te quiero y que me quieres, pero si de amor escribo no es precisamente por ti, es para darme la valentía de irme, de hacer esto definitivo, pero ese monólogo sigue rondando en mi cabeza y ya no te lo digo, te juro que quiero cerrar todo esto y no lo hago, no sé como hacerlo.

Podría ser que vuelva para darle un cierre a todo esto, pero ¿qué es esto? ¿tenemos algo realmente? o soy yo la que se ha creado todo esto, podría ser, porque no entiendo tu inconsistencia, tu falta de querer, tu manera de decir y hacer una y otra cosa, tu manera de dedicar canciones, de prometer y no cumplir, no quiero hacerte reclamos.

Algún día, quizás más pronto que tarde terminaré por dejarte ir y probablemente yo te interese, porque siempre ha sido así, te he dejado de querer y vuelves, vuelves porque no hay días malos o buenos, solo hay días sin ti.


No te perdono

 Hoy por la mañana percibí que la vida volvía a tener sentido, como siempre, pero un poco más temprano, sentía que podía despertar con más ánimo, de ese ánimo que pensé había perdido, pero el sueño siempre me vence, quizás sea porque no hay mucho de que hablar que prefiero dormir en ese lado de la cama que siempre me tocó.

Son las 9:10am y tengo una llamada perdida de trabajo, me envuelvo y me concentro para no perder esta batalla que se llama vida, entre otras preocupaciones está la de sentir, ya no lo hago y me abruma, no genero lazos y está mal, ¿pero qué hago? ¿Qué me dirías? siempre pienso en eso, ¿Qué me dirías? es como un monólogo, pero siempre estás, y quizás siempre estarás.

He aprendido a vivir con largas ausencias, de esas que marcan. de las que te duelen, las que te dañan, pero que al fin de cuentas, aprendes, la verdad no tengo mucha idea de qué aprendí con tu ausencia, pero sé que falta ya no me haces, sé que puedo vivir sin ti, pero no sabes cómo habría querido que eso no pase, te extraño y te extrañaré, porque pudimos haber sido y no fuimos.

No pretendo culparte por tu ausencia prolongada, son decisiones, de esas que tomaste sin consultarme, pero decisiones tuyas al fin, y las tengo que respetar, como lo hice en un pasado y como lo hago ahora, respetando tu ausencia, ya sin idas y venidas, respetando que lo que un día hubo, quizás nunca más vuelva a ser, no te podría decir que ha sido el dolor más grande, porque no lo es, te mentiría y no quiero hacerlo, ¿para qué ahora? si nunca lo hice antes, solo puedo decirte que no lo intentaste y que quizás eso no te lo pueda perdonar nunca.

martes, 13 de abril de 2021

Martes 13

No fue un martes precisamente, pero hoy que te escribo así lo es, por eso detengo un poco las letras, para decirte que no fue mala suerte, quizás y probablemente todo lo contrario, no podría decirte que alegras todos mis días, porque a veces estás ausente, pero recordarte me hace bien, gracias, yo sé que no sabes por qué, pero hoy quisiera explicarlo: Gracias por hacer magia conmigo, solo eso, sé que lo entenderás.

Te diría que eres el chico perfecto, pero estoy segura de que ya lo sabes, te pediría que te quedes, pero sé que no debo pedirlo y sé también que siempre estarás, de cualquier forma o lugar, pero si algún día quieres irte, hazlo, nunca impediré que pases esa puerta, la misma que abrí para que entres, podría dejarla abierta para que te vayas, siempre he visto a la gente llegar, estar, pasar e irse, posiblemente este podría ser un caso parecido, aunque te confieso que no lo quiero.

Eran las 5:02 del primer día. No dudes que te voy a querer siempre.