lunes, 28 de diciembre de 2020

Sin saber

Entrégalo todo, no importa cuántas veces tropieces, si todo va mal, tendrás la certeza que hiciste lo que pudiste y que nada fue tu culpa, creo que es la única manera en la que debemos de hacer las cosas, otras no necesitan pensarla mucho, pero lo hacemos y creo que ahí la jodemos, no necesitamos pensarla tanto, deberíamos de seguir a nuestro sexto sentido, qué más da si nos vamos de cara, quizás esa cara bese muy bien o sea el viaje que tanto necesitábamos.

Quisiera borrar algunas cosas de este 2020, no muchas, solo algunas, pero como todas fueron aprendizaje, las dejo, hasta ese 3 de abril lleno de ansiedad, en donde el agua fue el único medicamento, las veces que lloré o los momentos en donde solamente quería seguir caminando, pero no podía, quizás aprendí mucho de este año, que sin saber se lleva mis mejores recuerdos, el único plan que tengo para el 2021 es emborracharme más de la cuenta, llorar si lo necesito y dejar de creer en estupideces.

Gracias 2020, porque sin querer la libertad llegó.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Probablemente es hoy

No tengo nada que ofrecerte por ahora, no quisiera ninguna explicación o alguna respuesta a todas las preguntas que en algún momento te hice porque sé que me dirías: "tú sabías" y un balazo dolería menos a esa respuesta estúpida, y en la que siempre te excusas.

No tengo que reclamarte nada, porque no somos nada, lo que alguna vez fuimos, tú te encargaste en destruirlo, el inmenso amor que te tuve, se fue, como se va el verano, el invierno y el otoño, se fue entre palabras, lágrimas y quizás mucho dolor, porque muy en el fondo no quería irse, gritaba para quedarse, pero no hiciste nada, tal vez esa haya sido la mejor solución.

Te fuiste con este año, te estás yendo con el, no siento nada, pero tengo dudas, preguntas, a veces te recuerdo, otras no mucho, a veces te pienso y te extraño y tal vez hasta te quiera para un para siempre, pero después te alejas, no de mí ciertamente, si no del recuerdo que construí, de la nobleza de mi corazón, de mis pensamientos, te vas del todo y ya no regresas, creo que eso es lo que siempre quisiste y como en todo, te estoy dando gusto.

Desde que nos separamos he intentando no hablarte, dejarte de lado y olvidarte, podría decirte que lo logré, pero no tiene mucho sentido, sé que no te interesa y eso ya basta para seguir adelante, fue duro, fue un viaje, muchas salidas, seguir mirando al cielo, pedirle a Dios entre lágrimas que me permitiera olvidar, perdonar y sobretodo dejarte ir, pero a veces el corazón se empecina, el alma rota no quiere volver a juntarse, las películas y las series ya no eran las mismas, la reflexión seguía siendo ser fuerte, pero no podía, escuchaba la misma canción que me rompía una y otra vez, solamente para volver a llorar, porque lo necesitaba, porque eso quería, me quedé dormida pensando en qué hice mal, pero no obtenía respuesta.

El tiempo ciertamente pasó y no hiciste nada por recuperarnos, porque éramos dos y ahora estaba yo sola en la orilla esperándote, ahí caí en cuenta que nunca me quisiste de verdad, que es por eso que los girasoles, la cena, el collar de mariposita y las cartas nunca llegaron, porque tú no quisiste volver, y entonces yo seguí, porque no tenía de otra, ya había sufrido lo suficiente como para seguir amando un recuerdo que nisiquiera se acordaba de mí.

Hoy probablemente sea la última nota que escribo en tu nombre, y aunque sé que no te importa, yo estoy bien, no te diría mejor que antes, porque no lo sé, hay gente que se fue, que quisiera que vuelva, yo cambié y te dejé de querer, y aunque quizás eso haya sido lo mejor para los dos, mi corazón no lo quería hacer, mi corazón quería seguir explotando de amor por ti, quería seguir amándote y soñar que algún día despertaríamos juntos, no pasó, no pasará y eso está bien, ya lo entendí.

Así como el amor llegó, también se fue, porque aunque no quería que así fuera, la vida tenía que continuar, y ya no estabas en ella, este año nos dio el golpazo en la cara, y me di cuenta que podía estar sin ti, que ya no te quería y que te dejaba ir, te dejaba como quien deja su tesoro más preciado, te dejaba con dolor, pero con el sentimiento de saber que hice de todo para que eso no pasara, te dejaba como última prueba de mi inmenso amor, tal vez hoy sea el verdadero adiós, pero el adiós para siempre.



 

Algún día

 No les pasa que siempre esperan más de las personas que quieren, pero no tienen ese gesto, o tampoco tienen la intención de hacerlo y es ahí donde caes en cuenta que quizás sea otro tu destino, pero ¿cómo lo trazas? ¿qué haces para que pase? a veces uno continúa solamente con una pizca de esperanza, con esa pizca que le daba vida a la vida, pero esa pizca se desvanecía con inacciones, con dolor, con sentimientos, esa pizca, ya no daba más y te pedía a gritos que te fueras, no lo hacías, por amor, por costumbre, o porque quizás no tenías explicaciones, tampoco las pedías, pero las dudas te carcomían.

Nadie nos ha enseñado a amar, si así fuera evitaríamos muchos errores, uno de ellos, darlo todo o de más, porque siempre saldrás lastimado, lo cuento porque en algún momento lo viví, y me di con el portazo en la cara, porque siento que merecí más, pero no quería pedirlo, no debía de hacerlo, no era justo, lo merecía nada más, pero no le nacía, y si no le nace no se le pide, es una de las tantas frases que quise aplicar para esa suerte de amor que tuve en el pasado, pero que nunca apliqué, porque moría de amor, no importa cuando escriba esto, tendré que volver a releerlo para no cometer ese error, quisiera decirles que dejé de creer en el amor, pero no es así, no lo he hecho, no tengo ninguna prueba, pero tampoco dudas de que algún día el verdadero amor llegará.

Algún día

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Raúl

Voy a escribir cientos de veces, pero esta vez no de lo que quisiera, si no de lo que duelen las despedidas y no precisamente una que esperé.

Se marchó el domingo apretando fuertemente la mano de un amigo, entre lágrimas y con un deseo de vivir, pero se fue, se tuvo que ir, quizás para ya no sufrir, se fue mi gran amigo, mi tío favorito, el hermano más querido, el hijo preferido, se fue a ese viaje sin fin, se fue sabiendo que lo queríamos, posiblemente nuestro único consuelo.

Él es una de las personas que más quiero, lo veía y sonreía, recordaba mi niñez feliz, hacíamos postres, pizzas y almorzábamos juntos, sentía que siempre hacía falta, me traía chocolates y hacía gelatina, aprendí algunas palabras en inglés con él, a los 8 años de mi mano fuimos a recoger una diploma de reconocimiento por mis notas, estaba feliz de que él estuviera conmigo, no entendía mucho pero era feliz y eso no lo voy a olvidar.

Los años pasaron y con ellos actitudes y cambios drásticos, pero nunca dejó de querernos, de cuidarnos y de querer protegernos, entendía quizás que su cariño también había cambiado, nos alejamos, nos volvimos a juntar y en ese tiempo él ya tenía una vida, tenía una nueva esposa, una nueva manera de pensar, yo lo seguía queriendo, porque el recuerdo siempre ha podido más, siempre ha sido el favorito, el más bueno, el más cuerdo, el más inteligente, se me hace un nudo en la garganta y tengo un vacío en el corazón que posiblemente solo el tiempo pueda llenar, nunca voy a entender a la muerte ¿qué hace, te elige? ¿te dice, hoy te toca a ti? no imagino que ese día tenga que llegar, pero seguramente llegará y quizás alguien también escriba para mí, pero no lo sabré, mi tío nunca sabrá que escribo hoy para él y me arrepiento porque pude haber escrito antes, pero él sabía que lo quería y tal vez solo eso baste.

Los 11 de noviembre eran distintos, porque es su fecha de cumpleaños, a veces estábamos juntos, otras no, pero el corazón no miente y a pesar de la distancia él sabía que podía contar con nosotros, la vida pasó tan rápido que no sabía en que momento cumplió 63 años, su luz se apagaba y él también, lo veía en sus ojos, en su mirada, en su tristeza, nos decía que le dolía y que posiblemente la mejor solución era descansar, solo quisiera pensar que no sufrió más de lo que ya venía sufriendo, no lo merecía, nunca lo mereció.

Este domingo cuando partiste te llevaste un poco también de nuestras sonrisas y de nuestra niñez, estoy segura que cuando también me toque partir te encontraré, no dudo que seguirás cuidándome y posiblemente te reirás de las cosas que haga, me pongo a llorar pensando que pude haber hecho más por ti, no me culpo, pero me apena, me da rabia saber que podíamos pasar más tiempo juntos y no pasó porque este 2020 nos separó, pero sé que sabías que te adorábamos con el alma y eso alivia mi pena. ¡Arre, arre justiciero, hasta el cielo! 


Te voy a extrañar la vida entera.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Lo que doliste

Hay días en los que quisiera encontrar explicaciones, quisiera preguntar por qué muchas cosas pasan, o por qué quizás también no, pero nadie me las puede dar y sigo, sigo como si no me interesara, sigo porque quizás muy en el fondo no me importa, pero no sé si eso sea del todo cierto, solo sigo, pero son más los días en los que ya nada me importa, en los que no tengo sentimientos por nada ni por nadie, claro con algunas excepciones, pero de esas excepciones que son obvias, esas personas que te marcan de por vida, que son 5 o 6 pero nada más en las que tu familia se lleva todo el reino y uno que otro extraño.

Quisiera decirte que me voy, pero ya me he ido y no hiciste nada, pero algún día voy a decirte todo lo que me dolió, lo que me costó y porque ahora soy como soy o estoy donde estoy, no importa si ya no somos uno solo como hasta ahora, no importa dónde, cómo o cuándo, pero algún día te lo voy a decir, porque mi desapego emocional tiene mucho que ver contigo, con tus idas y venidas, con tu manera repentina de irte, no te culpo, quizás me hiciste más fuerte, no sé si ese era tu propósito, quizás sí, quien sabe.

Solo quisiera decirte cuánto doliste, porque eso fue, un dolor, de esos que te arrancan el pecho, el alma, de esos que no te dejan dormir, de cómo me desgarraba mirando al vacío, ese dolor grabado en el alma, algún día quizás te hable sobre eso, no hoy, tampoco mañana, pero será algún día y quizás cuando llegue ese día ya no duelas, porque ahora mismo ya no dueles, pero te lo tendré que decir, porque es parte de sanar y de dejar ir, aunque a ti te dejé ir hace mucho.

Siempre en el mismo lugar

 Fui una estúpida al pensar que todo esto cambiaría, pensé, ese también es otro problema, siempre pienso de más, no dejo que toda fluya como me dijiste, no te hice caso como siempre y estas son las consecuencias, qué lástima que todo esto tenga que acabar de esta manera, entre líneas, sin miradas, sin decirnos un verdadero adiós, quiero irme, pero irme lejos, donde nadie me conozca, donde nadie sepa quien soy, donde no exista pasado o futuro, solo presente, no quiero conocer a nadie, quiero encerrarme, me siento vacía, quiero estar nuevamente sola, quiero llorar, echarme a llorar por horas, quizás por días, quisiera volver a dormir una y otra vez, no tengo ganas de nada.

¿Nunca les ha pasado? Es extraño, a veces pasa, solo eso, pasa y se va, se va como vino, quisiera decirles que tengo una explicación lógica para este sentimiento o estado de ánimo pero la verdad no la tengo y si la tuviera no quisiera explicarla, porque nunca lo hago y cuando me las piden me hartan, sería tan fácil decir siempre que no tengo un fundamento lógico para todo, pero todo tiene explicación, menos esto, todo, absolutamente todo, pero hoy no tengo fuerzas y quizás ya no las tenga, pero las sacaré de donde sea o de donde las invento para decir que estoy bien.

Me divierte mucho pensar en escribir, pensar que solamente aquí sano, aunque mañana nada más quede el recuerdo, me genera paz y soy absolutamente consciente de que todo esto quizás algún día pase, y no con ese tonto argumento de que todo pasa, todo sana, no es verdad, no es tan sencillo que pones de tu parte y todo sale bien, la verdad que nunca recibí nada de lo que di, jamás pero no me importa, no quisiera que piensen que hice las cosas esperando algo a cambio, la verdad que no, pero a veces uno espera y se da con un portazo en la cara.

No quisiera terminar diciendo que todo está mal, hay algunas cosas que siempre estuvieron bien, solo algunas y de esas quizás a veces no escribo y posiblemente sea por eso, porque son las únicas que me hacen feliz.

sábado, 31 de octubre de 2020

Vivir con miedo

Quizás cuando sientas el mismo miedo podrás entenderme, no quise hablarlo con nadie, pero lo conté, y aunque no fue completa mi conversación, quiero escribirlo, escribirlo para recordarlo y saber que de vez en cuando ese miedo se avecina, ese miedo que hace que pienses que de nada valió tanto esfuerzo, ese miedo que hace que todo tu mundo transcurra en veinte segundos, esos veinte segundos en donde te sientes viva y sientes que te están llevando a la muerte.

La primera vez

Tenía 19 años, lo recuerdo cerrando mis ojos y pienso en lo que pudo haber pasado, estaba en el turno noche de la universidad y mi casa queda algo lejos, estaba muy cansada, demasiado cansada y el bus que me llevaría estaba muy lleno, sentía que no podía más, tenía un poco de dinero y bajé, podría haber sido la peor decisión de mi vida, tomé un colectivo, de esos autos que son taxi pero llevan a 4 personas y hacen paradas en ciertos puntos, lo tomé por la avenida Abancay, porque no aguantaba más estar parada, no medí el peligro y como el auto estaba lleno me sentí en confianza, mentiría si digo que tuve miedo, entré confiada y aún quizás lo sigo haciendo, uno tras otro bajaba, no era la primera vez que subía y repito siempre he confiado, seguía el camino hasta que el chofer me miró y me dijo: "bájate, antes que te haga algo" mis ojos se abrieron como no tienen idea, temblé por un momento, abrí la puerta, bajé y tomé el bus que estaba atrás para poder llegar a mi casa, el único lugar donde realmente me siento a salvo, mis papás ya dormían, era tarde, no se los comenté hasta hace poco, nunca más volví a subir de noche a un colectivo.

Hoy

Podría mentir y decir que he vivido con miedo, no lo haría, no he tenido miedo, después de ese incidente he tomado algunas precauciones, pero lo de hoy hizo que sintiera nuevamente esa sensación de pensar que no tenía de otra.

Salí de la casa de una amiga, no llevé el carro porque la verdad prefiero descansar de manejar los fines de semana, salía tranquila, no tomé un taxi de aplicación porque es cerca a mi casa, relativamente cerca diría, y estiré la mano, paré uno, dos, tres y no querían llevarme, todos me decían "mucho tráfico señorita", volví a estirar la mano y él me dijo "vamos", me dijo el precio y me pareció razonable, entonces subí, pero subí con miedo, no sé por qué, sentí que el corazón me apretaba y lo miré fijamente, soy de recordar rostros, cosas y detalles, recuerdo su cara, la tengo marcada y me dice: "hay mucho tráfico" vamos por el peaje, me saco los audífonos y le digo ¿qué? - me repite - vamos por el peaje, le dije: no, volteó y me dijo, así llegamos más rápido, le dije no: llévame por esta ruta, la ruta del puente por favor, giró, dio la vuelta y me dijo: vamos por el peaje, ya había dado la vuelta, que iba a hacer, tengo 27 años, sueños, tengo una familia que me espera, una mamá que había hecho arroz con leche para mí, una hermana que si me pasa algo se muere, un papá que no le daría las fuerzas para seguir adelante. Me saqué los audífonos y le dije: no, yo no quiero ir por allá, detente, porque voy a bajar, volteó, me sonrío fríamente y me dijo ¿qué?, le dije: déjame aquí que voy a bajar, me volvió a mirar y no me dijo nada, no paraba, entonces le repetí, no puedo ir por el peaje, porque he mandado mi ubicación y qué haría yo por ahí si mi ruta es otra, me miró, se detuvo y me dijo; ya bájate.

No estaba nerviosa, pero si tenía en mi cabeza un solo pensamiento, transcurrió toda mi vida en 20 segundos, desde que era niña, pensaba en qué diría Rocío si supiera que algo malo me pasó, habría sido la última persona que me vio, nisiquiera mi familia, pensé en lo que habría pasado y ninguna opción era quedarme viva, ya me sentía muerta, bajé rápidamente y crucé la pista, cogí mi celular y pedí un taxi por aplicación, el tráfico estaba insoportable y ahora si tenía miedo, pensaba en qué habría pasado si me llevaba o no le decía que mandé mi ubicación, porque creo que eso me salvó, no sé, quizás esté exagerando, probablemente y quería llevarme por el peaje para acortar camino, pero no me dio confianza, lo sentí, lo intuí y bajé, tenía que ponerme a salvaguarda, porque sí tuve miedo pero no quise demostrarlo, en el otro taxi pensaba en qué habría pasado si algo me pasaba, seguía y seguía pensando, pensaba en mis papás, en mis hermanas, pensaba en lo rápido que podría haberse ido mi vida, se me cruzó por la mente escribirle al Zav y mandarle mi ubicación, darle los números de mi familia y el de mi casa, que si no le avisaba que llegaba es porque me habían hecho algo y que tenía que ir a mi casa a avisar que probablemente estaría en peligro, pero no lo hice porque bajé y me sentí un poco más seguro en el otro carro.

He tenido suerte quizás, pero no es suerte tener que pensar que algo me van a hacer, no es suerte vivir con este miedo o solo pensarlo, no es suerte no saber si llegaré viva a mi casa porque alguien quiso hacerme daño, no deberíamos de vivir así, yo nunca he sentido este miedo y ahora lo sentí y quizás lo sienta más adelante, no debería de ser así.


jueves, 29 de octubre de 2020

Sin expectativas

Amar sin expectativas es una de las formas que quisiera aplicar para el día de mis días, pero no lo logro, siempre espero algo más, siempre quiero que funcione, pero no pasa, quizás sea por la presión que acongoja mi pecho, por el dolor al sentimiento del rechazo, por la falta de ese amor que prometió volver y que hasta ahora no lo hace, ese para siempre que debió de darse y que nunca pasó, mil cosas atoradas en el estómago y las mariposas que día a día se van muriendo, ese nudo en la garganta, las lágrimas que no salieron, el sentimiento de culpa de saber que pude haber hecho más, qué se yo, siento rabia, pero también paz, me hace bien escribirte, aún sabiendo que no me leerás.

Te dejé volar no porque no te quisiera, si no porque te amaba de verdad, prueba de ese inmenso amor es que hoy solo te dedico letras, quizás dejé de ser un fastidio, una molestia o tal vez me extrañes como yo a ti y no lo sabemos y quizás nunca lo sepamos, porque no es que sea orgullo, es un poco de dignidad.

El aire sigue corriendo a pesar de todo y eso está bien, te he extrañado más que nunca y no tiene un por qué, solo te he extrañado y para no buscarle explicaciones a las cosas ilógicas dejo que todo pase, así como pasó nuestro amor, como pasó el buen vino la último noche que nos vimos, como pasaron tus manos por todo mi rostro cuando dibujabas un corazón en medio de mi cara, no quisiera decirte que te dejé de querer, sería mentirte y sobre todo mentirme, pero creo que es correcto decirte hoy mismo que he aprendido a querer mucho más y no precisamente a ti, dejaré que pase el momento, quizás con suerte nos volvamos a ver, quizás.

Escribo sin ninguna expectativa de que me leas, pero si lo haces, no dudes que alguna vez te quise, solo no lo dudes.

viernes, 23 de octubre de 2020

Eran las dos y cinco

 Nunca les ha pasado que quieren irse de un lugar pero no lo hacen porque se sienten cómodos, porque reciben un poco de amor, de ese amor que les hacía falta, de ese amor que querían, que no sabían que podían recibir, y dejas que pase un momento, vuelves, siempre vuelves, él es eso, siempre es ese sentimiento de odio y amor, es aire, pero también es tempestad, no necesito decirle nada porque lo sabe todo, pero me lastima con su ausencia, se va, vuelve, y ya no sé si regresará, pero quiero que lo haga.

Sus conversaciones son mis estaciones favoritas, tenemos canciones que nada más nosotros conocemos, perdí mucho cuando le dediqué canciones que eran mías, porque ahora son más de él, cuando falta se nota, se siente, pero no hago nada para que vuelva, hace poco lo llamé, lo escuché, lo molesté, me abrigó y sentí su amor, siempre lo siento, pero no sé a donde se va, se va con él, cuando también el se marcha y me deja sola, uno de estos días, quizás, muy pronto, ya no lo extrañe y se sentirá raro, quizás el me extrañe y se pregunte donde esté, tal vez esté muy lejos y él ya no lo sepa, pero también existe la probabilidad de que aún siga esperándolo, quizás siga esperando su llamada, quizás siga esperando sus flores o girasoles, quizás espere una canción, quizás quiera estar un rato más con él, quién sabe, yo ahora mismo no lo sé.

Tenemos un para siempre todavía, sabe que me hace falta, sé que me quiere, pero no hacemos nada, probablemente sea fuerza y no lo sabe, me da amor y quizás no se entera, tal vez en algún momento nos vamos a querer mejor y todo será diferente, tal vez. 

jueves, 1 de octubre de 2020

Lo que sentí

Es falso, siempre será falso decir que te he dejado de querer, jamás lo hice, es más nisiquiera sé que pasó entre los dos, lo único que sé es que te quise como a nadie y a raíz de todo este amor he podido darme cuenta que no siento ningún apego emocional con nadie más, aprendí a dejar ir y volar, aprendí de desamor, ciertamente cambió mi percepción de lo que podría significar el amor, cambió y cambié, ¿pero en algo cambió todo lo que sentía por ti? creo que sí, no lo afirmo porque no estoy segura y prefiero dudar a afirmar algo con lo que quizás tenga que seguir viviendo, me duele no habernos logrado y me duele quizás porque aún te quiero, entonces bajo esa lógico no afirmo nada de lo que aún no estoy segura.

Ayer hablamos y siempre que lo hacemos pienso que el corazón va a volverse loco, pero ahora todo es calma, hablamos de lo bien que nos ha podido ir, de la pena de no estar juntos y de lo que vivimos, ¿qué bonito no? ojalá algún día tengamos la casa en la cabaña y podamos decir que esta separación era una más de las cosas que teníamos que afrontar, ahora mismo no sé si eso suceda, pero te juro que lo deseo, lo deseo tanto que tengo pena, pena de pensar que podré querer a otro hombre que no seas tú, pena de saber que quizás nuestras vidas ya no tengan ese mismo camino, tal vez esa pena se va a ir y sí querré a otro hombre, tal vez no seas tú con quien me quede por el resto de mi vida y aunque esa pena me aflige la acepto, la acepto porque no hiciste nada por remediar lo que nos pasaba, y nunca fue falta de amor, fue falta de decisión, entonces no me siento tan culpable de haberte dejado ir, no me siento yo la responsable de que nuestro amor no se lograra.

Pero si me preguntan alguna vez, nunca dudaría en decir que fuiste mi primer más grande amor, que la vida fue buena y que me arrancaría el corazón por salvarte la vida si es que lo necesitaras, solo eso.

domingo, 27 de septiembre de 2020

Una sola razón


Dame una sola razón para quedarme y te juro que lo hago, ¿no te das cuenta? la necesito hoy más que nunca, no quiero irme, no dejes que lo haga por favor, no lo permitas, pero si tu amor no es el mismo no me des ninguna razón, déjame, pero dímelo, hazlo tú porque yo no puedo, se me va la vida pensando que dejarte es la mejor decisión y se me rompe el alma, no solo el corazón, llega la noche y no dejo de recordarte, te pienso y te extraño.


Te amo como siempre y como nunca dejé de hacerlo, te amo más que a nada y tengo que dejarte ir ¿no seremos felices? ¿nunca?; entonces ¿para que te conocí? me aterra pensar que esta es la mejor decisión.


Me estoy yendo y no haces nada por detenerme, espero volver a escribir contando quizás que no me fui o que regresé y que volvimos a ser felices, pero si eso no pasara, no te preocupes, tal vez todo fue un sueño y teníamos que seguir caminando y no precisamente juntos, aunque es preciso recordarte que me habría quedado el resto de la vida contigo solo contigo. 

lunes, 7 de septiembre de 2020

Mi amor de niños

Cuando dejé de escribir me di cuenta que algo me faltaba, y pensé que quizás era dolor, pero no escribía siempre por dolor, algunas veces, solo algunas escribí para terminar de conocerme, para seguir con lo que quería o para recordar lo que sentía, pero siempre estaba relacionado con algún sentimiento, escribí muchas veces por amor, también por tristeza y entre otros sentimientos que no recuerdo, quizás deba de releer mis escritos solo para recordar, pero a veces no quiero y probablemente sea lo mejor.

Dejé de escribir porque estaba plena y porque no escribiría solo por escribir, cada escrito mío tiene el alma rota o el corazón contento, quizás habría escrito por decepción, por amor o que se yo, pero siempre escribí por alguien, por lo que vi, por lo que sentí o también por lo que viví, hoy quiero escribir por ese amor que no se logró pero que siento que nunca se irá, por ese sentimiento que se llegó a concretar, por esas miradas, por esas llamadas, por las veces en las que nos quisimos sin darnos cuenta, por los celos, por las alegrías, por los consejos, por la amistad, por los años, por la vida y por él, voy a escribir en su nombre, porque así lo quiero, porque aunque resulte incierto, lo quiero y quizás toda la vida lo querré.

Ya estaba, ya había llegado, es algo así como un mapa dentro de mí, tenía que llegar de alguna manera, estábamos buscándonos para llenar vacíos, egos, para sentirnos cerca, escribo un año después de haber reencontrado a mi amor de niños, le escribo a ese amor inocente que hizo que me gustaran las clases de natación, le escribo porque sé que algún día lo va a leer, no estoy completamente segura si eso pasará, pero igual lo escribo, quizás por él o más por mí, tal vez podría ser para no olvidarlo, porque seguramente eso pasará con el andar de los días, quizás dejemos de hablar como siempre y nos olvidemos y cuando tengamos alguna necesidad de saber del otro, el menos orgulloso escribirá, a veces he sido yo, y otras también él, es que no hemos sabido a ciencia cierta que hemos sentido, nunca supe bien si le gusté, pero siento que me quiere y eso ya es suficiente para que yo lo quiera.

Le encanta dar la contra y ya me adapté a que siempre lo haga, le gusta leer mis escritos y por eso sé que quizás algún día lea este que es para él, pero no sabía que podía contármelos o podía escucharlos cuando hablaba con él, le gusta un escrito mío y lo ha leído, después de cuatro horas de charla hemos escuchado el uno al otro el escrito que se llevó mi corazón, no era para él, pero le gustó, quería correr a abrazarlo y decirle que siempre lo voy a querer, pero no puedo.

He tenido un sueño, de esos lejanos, de los que despiertas y de los que dices ojalá no hubiera despertado, estaba él, estaba yo y no existían las personas que escribieron nuestro pasado, yo era más joven y escribía menos, pero lo quería y solo eso importaba, quizás en otra vida pueda cruzarme en la suya y esta vez si coincidir y tal vez sea para siempre, no como en esta que es por temporadas.

No me hace falta, no lo extraño, pero lo quiero, quizás sea mi amor más genuino, lo dejo ir porque en su vida no hay espacio para mí, pero quizás y quien sabe algún día si pueda verlo con la chamarra amarilla que siempre le pedí que usara. 

El amor nunca ha sido difícil, es más nisiquiera sé que hacer con todo lo que siento en este momento, pero pasará, como todo lo que pasa en esta vida, no hay tiempos mejores o peores, solo tiempos y este pasará. 

Con el alma, antes y después o como siempre. 



domingo, 30 de agosto de 2020

Las cosas que nunca llegaron

Siempre quise decirte que espere más de todo esto, pero no quería que suene a reclamo, pero hoy con la pena que me embarga, solo quiero escribirlo y sentir que alivia todo.

La vida me dio mil señales para darme cuenta, pero a veces una se equivoca, lo sabe, pero quiere estrellarse, porque es la adrenalina de sentirse amada, el sentimiento, qué se yo, es difícil poder explicar todo lo que se siente, pero trato, siempre trato de escribirlo, para no olvidarlo, para recordarlo y saber la lucha que pasé, lo que sobreviví, porque conocer al amor de tu vida y tener que dejarlo ir no es más que un acto de supervivencia.


¿Sabes que esperé? Algunas cosas materiales, por qué te diría que no, pero también esperé esas cosas que pensé te nacerían y no sucedió, los girasoles, el viaje, las reuniones, la borrachera que siempre quise contigo, los besos en la madrugada incierta, la carta que nunca me diste, el collar y la pulsera con nuestra fecha, el cine, la cena por nuestro último aniversario y la misma cantidad de amor que te di, no pasó, no pasará, pero si algún día me lees no dudes que lo mío siempre fue amor, lo tuyo no estoy muy segura. 

jueves, 27 de agosto de 2020

El amor y sus tiempos extraños

 Lo miro a lo lejos y veo su sonrisa, quiero correr para abrazarlo, pero siento que algo me detiene, quizás sea la razón, porque lo amo con locura, solo esa puede ser, y corro, porque estoy loca, estoy loca de amor por él, se lo he dicho unas cuántas veces ¿me habrá creído? - espero que sí - ayer hablé con él y recordé porque lo quise tanto, creo que fue porque él también me quería, porque cada palabra resonaba mi corazón ¿lo volví a querer? fue una pregunta que retumbó mi cabeza de nuevo, pero es que creo que nunca dejé de quererlo, quizás ese sea el grave problema, otra vez retumba mi corazón, no sé si de alegría de saberse querido o de saber que volveré a querer a quien en algún momento dejó de quererme, el amor y sus tiempos extraños.

Quisiera decirles que todo estará bien y que posiblemente él y yo vivamos en la casita que soñé, pero tal vez y no pase y sea otra más de las historias que puedo crear en mi cabeza, pero así es el amor, he aprendido a entenderlo, a quererlo y a extrañarlo, a él lo extraño como no tienen idea y hoy después de tanto tiempo lo escribo, escribo con palabra sincera, escribo con la piel de gallina, le escribo a mi primer gran amor y quizás al amor de mi vida. 

Espero que en otra vida, todo sea menos complicado para nosotros.

lunes, 17 de agosto de 2020

La mala suerte

 Nunca se han puesto a pensar ¿por qué a ella sí y por qué a mí no? pero no con sentimiento de envidia, si no como simple pregunta, si no lo han hecho, yo sí lo hice un par de veces, creo que me va bien en casi todo, digo casi porque creo que no he conocido el amor, y ya quiero conocerlo, creo que ya es hora de conocer un amor bonito, uno de esos que te aprietan y te dejan sin aire, del recíproco, del que nunca he sentido.

Tengo una amiga a la que siempre le ha ido bien en el amor, siempre me he preguntado ¿qué tendrá ella que no tenga yo? pero no como sintiéndome menos, si no como una pregunta aleatoria, ¿daré mucho? ¿seré demasiado? hay miles de preguntas que rondan mi cabeza, cuando quise mucho, me fue mal, cuando quise poco, también, no es que sea un patrón definido, si no que pasa así nada más y no saben lo aterrador que es sentirte así, es por eso que ya no trato de pensar en lo que pueda deparar el futuro, ya no pienso y dejo que todo marche a su rumbo, pero a veces duele, siempre dolerá.

Quizás sea mala suerte y no lo sepa.


Nadie sabe

Nunca nadie va a quererte como yo te quise, fue una de las frases que le dije antes de irme y ahora caigo en cuenta que es lo mejor que le puede pasar, no necesita alguien que lo ame a través de sus ojos, necesita alguien que vele y acompañe su camino, yo no lo acompañaba, estaba ahí cuando me necesitaba y eso no sé si para bien o para mal dolía, y si dolía es que estaba mal, siempre ha dolido ese amor, entonces no fue tan cierto que fue amor.

No merece un amor que le resalte la responsabilidad de quererlo, que lo obligue a decir te quiero cuando no le nace, que le pida detalles y que no lo comprenda porque solamente lo ama. Al pasar los años las personas van entendiendo que lo mejor que puedes hacer es dejar ir algo que no es recíproco, pero cómo duele darte cuenta, cómo duele pensar y pensar en cómo te vas a ir y si te estás yendo, que no hagan nada por retenerte.

Lo dejé ir cuando me di cuenta que su amor ya miraba otros ojos, que sus manos no tocaban las mías, lo dejé ir cuando sentí que ya no me quería, porque de eso debí de darme cuenta, nadie tenía que decírmelo, tenía que sentir el dolor, esa punzada de enterarte algo que ya sabías, pero te negabas a entenderlo, ese dolor que te carcome y que no te deja, ese que crees que nunca va a sanar, ese, ese tuve que sentir para dejarlo ir.

No saben como esperé una llamada, un escrito o simplemente una señal para regresar, nunca la encontré, tampoco la busqué, había buscado tanto antes, que ya estaba cansada, fatigada, mi corazón ya no podía más y no quería sentir, no quería vivir más con el recuerdo de lo que pudo haber sido, pero no fue. Lo dejé ir como quien abre la mano y la extiende para que el aire se lleve todo lo que tenía que soltar. Nunca más volvió y esa fue la prueba para arrancármelo del corazón, hoy le escribo no porque lo ame, si no porque quería liberar todo este sentimiento que alguna vez guardé, quería decirle que por si alguna razón me lee, que lo amé, que lo amé y mucho, quizás como nunca tenga idea, pero que también aprendí a vivir sin él, si es que eso quiso alguna vez.

viernes, 7 de agosto de 2020

El inicio del fin

El dolor siempre ha sido el mismo, pero expresado de diferentes maneras, ¿entonces era amor? dejó de serlo hace mucho, ¿cuándo empezó? nos fuimos a la cima, detuvo mi caída libre, pero caí de cualquier forma, siempre caía y no siempre estuvo, entonces no fue ese amor fiel que quería que sea, no debe de ser quien esté conmigo para siempre, no ha luchado, no lo merece, nunca lo merecerá, y me di cuenta de eso hace poco o quizás hace mucho pero volví a ponerme la venda del amor, porque he justificado todo en ese sentimiento.

El día del debacle

Era verano recuerdo, aproximadamente las dos de la tarde o un poco antes, salía de mi almuerzo y el teléfono empezó a sonar, podría ser probablemente la 1:30 p. m. la verdad que quisiera borrar todo de ese día, me empezó a hablar de algo y saltó como una sorpresa lo que me dijo, me hizo una pregunta que terminó por estampar mi corazón contra la pared, él había tenido ya antes un amor, que no había sido yo, un amor con el que en algún momento - creo - competí, pero que nunca gané, ese amor del que nadie se libra, quería volver a ese nido, quería abrazar nuevamente a esa persona, caí en cuenta entonces que nunca se había ido, que siempre pensó en retornar, no tienen idea de como mi corazón se rompió, de nada habían servido tantos años a su lado, la prefería a ella, y eso me dolía, era una estaca en el corazón, ¿les ha pasado? ese golpe en el pecho que duele y atraviesa, lo he pasado pocas veces y creo sin temor a equivocarme que siempre ha sido por él, lo culpo, quizás de todo, entonces ahí empezó el debacle de todo mi amor, no lo quise nunca más como antes, no podría quererlo, nunca fui una opción para regresar, tampoco quería estar, ¿por qué yo sí? ese día, lloré, lloré como nunca antes y me cuestionaba, siempre me he cuestionado y me ha dolido, me quitó la calma, sentía que el corazón latía demasiado rápido, lloraba y gritaba por dentro, caminé, respiré y como todo en esta vida, empecé a olvidar.

Cada minuto tenía presente esas palabras, me destrozaba recordarlas, pero no dejé de hacerlo, hasta olvidarlo, hasta arrancarlo, así como cuando el jardinero va y poda un pastizal y saca la mala hierba, este amor se tenía que ir así, de raíz, sin miedo, gritando, doliendo, pero se tenía que ir, cayó con fuerza el amor, cayó y se fue, se fue el amor que nunca quise perder, ¿lo quiero? probablemente, quien sabe, no lo he vuelto a ver y tampoco quiero hacerlo, ¿lo odio? no, nunca lo odiaría, pero ya no lo amo, quisiera no quererlo, solo eso sé.

Cada dolor me hizo más fuerte, cada palabra, cada ausencia.

Siempre he escrito para no decirle a nadie lo que siento, es la terapia que encontré desde los 12 años, nunca he lastimado con palabras, porque si no, me convertiría en todo lo siempre he querido destruir, la vida seguirá doliendo, pero ya no de la misma manera y como ahora he conocido diferentes tipos de dolor, seguramente sabré como manejarlo, seguramente.

domingo, 19 de julio de 2020

Te espero

Los años han pasado y no te he conocido, tampoco te he visto y te extraño, quisiera saber que piensas o qué haces ahora mismo, quisiera decirte que te quiero pero no puedo, siento que es una banalidad pensar que llegarás, pero ahora quiero escribirlo para que cuando te conozca te enseñe este escrito y sepas que siempre pensé en ti, que creía que existías y que cuando se hizo real que aparecieras tenía que mostrártelo.

Hoy tengo muchas ganas de llorar, siento cansancio, pero no el agotamiento físico, si no el del alma, siento un vacío profundo, siento que deje de querer y que no quise hacerlo, siento que me acostumbré a su ausencia y que por eso lo dejé ir, yo luché, te juro que luché, pero no podía ser eterno.

También siento que la vida corre y que el tiempo no se detiene, siento que lo logro todo, pero que lo que más amo se va, siento que el tiempo y la pandemia me está quitando a mi papá, siento que el corazón me va a explotar del dolor, siento que quiero gritar y llorar pero que no puedo, ahora estoy escuchando una canción que a él le gusta, quisiera correr a abrazarlo, decirle que todo va a estar bien, que todo va a ser como antes, pero no puedo, quisiera ser el tiempo y cuidarlo, decirle que no haga algunas cosas, que se cuide, que lo necesito, pero no hay tiempo, ese mismo es el que se va. 

Yo nunca he llorado por nadie que no sea mi papá, el corazón me da hincones y siento que decaigo, quisiera que estes, quisiera tu abrazo y tu soporte, te extraño y no te conozco, pero te necesito, porque no puedo sola, no quiero estar sola, me siento sola, me ahoga el llanto una y otra vez, pero no le quiero contar a nadie, por eso lo escribo. 

Te espero.

sábado, 20 de junio de 2020

Yo no


Cuando te dicen que sueltas lo que nunca has querido, te mienten, yo no quise soltarte, es más me habría colgado de ti para quedarme por siempre, pero cómo lo haces si la cuerda que te sostiene no existe, si las manos que quieres entrelazar no te lo permiten. 

Agoté todos los recursos para que nuestra historia pueda tener un final feliz y no fue así ¿qué nos pasó? No tengo ni la más mínima idea, es más ya no me hago esas preguntas, porque vuelve a doler ¿ya para qué? No tiene mucho sentido.

Pero yo no me habría ido de tu lado, de ninguna manera. 

martes, 9 de junio de 2020

17 minutos 45 segundos


Hay gente a la que conoces un día y con la que conectas inmediatamente, personas que son casualidades, momentos y quizás solo temporadas, pero que ni ellas mismas saben como ayudan con su ingreso en tu vida, alivian, dan paz.

Estuve repensando en todo y siento que eso fue él, quizás fue una de las mejores casualidades y aunque no se lo dije, hoy se lo escribo, me sale mejor así, pero sé que no ha tenido dudas que lo quise con el alma. 

Es injusto que no hayamos podido hablar más la última vez, habría querido escuchar más y hablado menos, quisiera que me volvieras a contar de tus historias y aunque ahora me las sé de memoria, quisiera escucharlas nuevamente.

Todo esto me hace pensar que el destino si existe y que quizás por ahí nos volvamos a encontrar, quien sabe, más temprano que tarde, aún guardemos la ilusión, esa ilusión como que fuiste la casualidad con la sonrisa más bonita. 

domingo, 24 de mayo de 2020

Setenta días después


Hace 70 días que inició el confinamiento y no recuerdo muy bien como era mi vida antes, es más creo que la de ahora me gusta mucho más, solo quiero saber si recordaré manejar, porque me costó mucho soltar el miedo a las transitadas calles limeñas como para que la cuarentena me hiciera olvidar ese proceso. 

Hace unos días hice compras, quería sonreírle al chico de la caja y no podía, ambos teníamos el cubre bocas y solo atiné a agradecer, caí en cuenta que de verdad todo cambió, hace 70 días que las conversaciones ya no son las mismas, que la gente a la que frecuentaba ya no la veo, que los pocos amigos que decía tener fueron los que se quedaron, 2 o 3, porque con las personas del trabajo siempre debo de hablar, la posición de los chats frecuentes cambiaron en mi WhatsApp, pasé de hablar horas con alguien a absolutamente nada, pero el trabajo abruma y ya nada duele.

No sé si sea el peor año para toda la humanidad, para mí no lo ha sido, enero lo viví porque era mi mes de cumpleaños, febrero pasó sin darse cuenta y lo demás ya es historia conocida.

Día 70 con mi familia, no quiero pedir nada más. 

jueves, 21 de mayo de 2020

¿Te acuerdas?


Quisiera poder dejar grabado todos los recuerdos en una parte de mi mente para que no desaparezcan, pero se irán y me aterra, me da miedo pensar que también con esos pensamientos te iras tú y no lo quiero, aunque no estés no quiero que te vayas.

Tengo nuestra canción en el playlist con tu nombre, tu cumpleaños es mi contraseña de la firma digital, no tuve tiempo de contarte, ya te habías ido, tampoco te pediría que te quedaras si no es lo que quieres, tan vano es el concepto de amor que tenemos.

Hoy te he echado de menos, lo siento si no lo digo, mejor lo escribo, no te olvides que te quise, que te quiero y quizás por un tiempo te seguiré queriendo. 

miércoles, 20 de mayo de 2020

El día del fin


Ya eran las 8 y seguía caminando, no veía gente a mi alrededor, no tenía miedo y seguía el mismo camino de todos los días a esa hora al salir del trabajo, me puse los audífonos y empecé a escuchar cualquier canción, no tenía vida para pensar en qué debía de escuchar, solo quería llegar a mi casa, bañarme, dormir y así seguir, no me había sentido agotada emocionalmente desde hacía mucho tiempo, quería llorar, pero escuchaba reggaetón y no lo permitía, desde ese momento descubrí que cuando tengo ganas de llorar me pongo a bailar tanto, que posiblemente olvido lo qué pasó.

Me llamaste, y me di cuenta porque mi música se detuvo, así como mi corazón, que terrible sentimiento, me tomó 3 segundos no querer contestar y bajo mi lógica de “no te daré importancia” lo hice, dije ¿aló? Algo raro en mí, porque yo siempre digo hola, no aló y lo sabías, pero te hiciste el que todo estaba bien, y dentro de todo lo que conversabas me dijiste “perdóname”, yo no quería hacerlo, pero te dije que si, que todo estaba bien, ¿Cuántas veces mentí con lo mismo? ¿Cuántas veces quise llorar y no lo hice? Nunca fue tu culpa, siempre fue la mía, porque yo soy responsable de no haberte dicho que todo estaba mal y que quizás podrías tomar en cuenta lo que sentía, qué daño le hice a todo con ese silencio, innecesario, tonto, ese silencio que de bien nunca tuvo nada.

Pasaron los días y yo ya no era la misma, estaba perdida y lo mejor que pude hacer fue llamarte, recuerdo que te dije: “te espero en el café de siempre” hablamos tanto, que ya no me alcanzaba el tiempo para decirte que había sido feliz, pero que había dejado de serlo también y que mi inconsciente me pedía irme, lo aceptaste como quien se quita algo de encima y ahí caí en cuenta que también habías dejado de ser feliz conmigo.

Quizás ese día fue uno de los más tristes, pero fue el día cero para empezar el cambio, tanto tiempo me costó arrancarte del corazón, que no tengo ninguna duda que dejarme ir fue el favor que le hiciste a mi amor. 

martes, 12 de mayo de 2020

Tu segundo nombre


Hoy escuchaba muchas canciones y una de ellas me recordó a ti, pero nunca la habíamos escuchado juntos, entonces fue raro, busqué la letra de la canción para saber porque me dio tanta nostalgia, sigo extrañándote y no me había dado cuenta, me duele aun que te hayas ido ¿por qué lo hiciste? ¿No podía ser para siempre? No importaba si no era conmigo, yo quería que te quedarás y te fuiste.

Me acuerdo que éramos uno los dos, vuelvo a pensar en todo lo que vivimos juntos, y me pregunto: te fuiste y no te despediste, es que tampoco pudiste.

Quisiera controlar el tiempo y volver atrás y cambiaría todo, quizás ya no tendrías la última conexión de WhatsApp el 29 de septiembre del 2014, si no hoy a las 8:30 pm y aunque no hables conmigo o no sea yo con quien te rías, estarías vivo y eso estaría bien, no todo mal como lo está desde que te fuiste.

Ese sábado que viniste y que salimos a dar una vuelta porque no había avisado que iría contigo a ningún lado y empezamos a contar muchas historias creo que fue la última vez que me hiciste tantas cosquillas, recuerdo los helados que compramos, como estacionaste tu carro al frente de mi casa y como salí un poco asustada porque hacías demasiada bulla con tu música, te extraño mucho, como no tienes una idea.

¿Te acuerdas que no te gustaba tu segundo nombre? Nunca te lo dije, pero yo lo amaba, quien diría que te llamabas Anthony Ezra.

Con el alma, desde siempre.

lunes, 11 de mayo de 2020

La cuarentena


No les ha pasado que hay días tan buenos que no sabes cómo seguir con la felicidad, es como si quisieras alargar esas horas, o quedarte para siempre ahí, eso me pasó ayer, estaba demasiado feliz, bailé, canté, estaba tan contenta, era sorprendente, tenía miedo que la alegría se vaya, no se fue, era ese golpecito en el pecho que ya había sentido antes, pero no con tanta frecuencia.

Voy a seguir bailando, trataré de seguir con ese corazón constante, quizás la cuarentena conmigo tuvo otro efecto, fue al revés, me ha traído paz, alegría y calma, de la que necesitaba y no sabía que podía tener. 

domingo, 10 de mayo de 2020

Se quedó


Nunca les ha pasado que se detienen un minuto y la misma gente que pasó tiempo años atrás, ya no está, pero siempre se quedan algunas o sólo una, estoy haciendo ese ejercicio mental ahora mismo y puedo fijarme quienes se quedaron, son pocos, pero son lo suficiente, lo que necesito, los que me alegran la vida, los que me acompañan.

Son las 7 de la mañana y no tuve mejor idea que escribir, me hace bien, me relaja y me libera. 

 En ese ejercicio mental que hice, me di cuenta de quien nunca se fue, es una suerte de esperanza saber que siguen aquí, ¿algo habré echo bien no? Me imagino que sí. 

Volver a escribir


Y te diría que sí mil veces más, te abrazaría hasta que el aire se comprima, pero no se puede, vienes, te vas, regresas, no estás, hoy le escribo al silencio de las hojas que guardaste en ese buró.

Tengo ese vacío emocional que no aparecía meses atrás, tengo esa duda existencial de si continuar o parar, pero siempre sigo y no está mal, me apeno, me hundo, pero me salvo, es una suerte de trilogía, escribo y aparezco en la orilla, en la orilla donde tú estás, te sigo viendo y recorro con la palma de mis manos tu rostro, ese que nunca he tocado, pero que el silencio ha hecho su trabajo, he aprendido a reconocer tu olor a lo lejos, a percibir y resistir tu ausencia, he sentido como todo se acababa y como todo volvía a la normalidad.

Te abrazo con el alma, con fe y y con nostalgia, de esa que ya no me acordaba que existía, pero que ya no se siente tan mal, he vuelto a escribir, no sé si es por ti, pero es lo que generas en mí, podría un escrito ser tan intenso, hay muchas variables, quiero pensar que sí, solo escribo, solo leo, solo veo, no quiero tener motivos, pero uno de los motivos eres tú. 

viernes, 8 de mayo de 2020

Esta vez no


Hay gente a la que quieres mucho, pero debes dejar de querer porque se convierten en todo lo que nunca conociste y en su reinversión no estás tú, entonces toca dar un paso al costado, lo único bueno de todo es que tú decides si la sigues queriendo y en este caso voy a decidir seguir queriéndote, pero ya no darte importancia, quizás más adelante me de cuenta que mi cariño ya se fue y sea lo mejor, pero ahora no, ¿quién deja de querer a alguien en un día? Yo no. 

Consecuente y coherente como siempre. 

jueves, 7 de mayo de 2020

Mi lado cursi


Podría decir que he escrito siempre como mecanismo para explicar y entender mis sentimientos, muchas veces he escrito triste, desesperada, ahogándome de la pena y he restablecido mi corazón y mi alma, me ha ayudado siempre, es una terapia gratuita que me doy.

Nunca he mandado mis escritos, porque son míos, si en algún momento he querido que el remitente lo sepa, nunca hice nada para que los lea, porque como extrapolaba mis sentimientos a la vida real, si quería dejarlos en la vida virtual del blog.

Yo no sé honestamente que pase en los días que vengan, solo se que mi corazón descansa y ya no escribo con pena, sé que finalizando el día duermo tranquila y no tengo pensamientos que dañan mi alma, ya no tengo preguntas sin respuestas, ya no tengo dudas, tengo paz y eso esta bien. 

He escrito por personas que no existieron, de las que ya no recuerdo el nombre, he reflexionado sobre todo lo que he podido pasar en estos últimos cinco años y creo que la vida la complicamos nosotros mismos, queriendo a gente que luego se torna espantosa, pero afortunadamente, también podemos elegir a quién querer y es ahí donde empieza a cambiar todo.

Hay gente buena que no te toca, pero te acaricia el alma, hay gente que no necesita estar junto a ti, pero lo está, gente a la que quieres a lo lejos y esperas que esté bien, este es mi lado cursi y ese lado nadie lo conoce más que yo, aunque ahora y aunque quizás me equivoque he mandado mis escritos, y quizás todo va a estar mal, pero no importa, la paz que tengo ahora no la cambiaria por nada y esa paz la encontré desde que dejé ir el amor que no construía, desde aquel mayo 2018 que dejé de sentir, hay lecciones en la vida que duran más que otras, pero uno siempre debe de elegir que batallas son las que quiere pelear, yo me cansé de remar sola y salí a flote, ahora estoy bien, escribiéndome por mí y quizás ya para alguien más, porque mi lado cursi lo demuestro escribiendo. 

lunes, 4 de mayo de 2020

Mi abril favorito



Hoy voy a escribirle a la vida, porque quiero celebrarla y agradecerle, a veces solo nos detenemos en quejas, en culparla de que todo está mal, puede ser que quizás yo también haya hecho eso en algún momento, pero hoy quiero que cambie y quizás funcione, no lo sé.

Hoy le escribo a la vida porque dentro de esos vaivenes la celebro al otro lado del horizonte, porque esa vida me ha permitido conocer y desconocer personas que se volvieron importantes y que ahora ya no lo son, quien diría. 

Hoy celebro su sonrisa y sus ganas de vivir, su manera cómica de alegrarme y de hacerme sentir bien, como no celebraría tu vida si le diste un poco de vida a la mía, quisiera que supieras muchas cosas de mí; aquí te cuento solo algunas, todos los días antes de que salga el sol leo periódicos, aunque creo que eso ya lo sabes, voy caminando algunas cuadras al trabajo, no sé estacionar muy bien, me asusta tener que hacerlo, pero lo hago. Me río de todo aunque a veces la tristeza infinita me invada.

Siento que quizás vas a estar, no sé cuánto tiempo, pero el que estés procuraré siempre ser paz, risa y alegría, porque eso es lo que tú me das.

Antes no había escrito con el corazón tan entusiasmado, porque eso de que el corazón solo bombea sangre es mentira, el corazón quiere y quiere bonito, quizás en un tiempo más largo todo esté mal, pero procura guardar este escrito, en cada fragmento, en cada palabra y en cada oración está tu nombre.

Anda siempre despacio, contento, pero decidido, tu alegría infinita hicieron que mis escritos sean ahora más felices, celebro tu vida desde otro espacio, pero lo celebro porque eso eres; vida.

Te quiero y multiplícalas por las veces que sean necesarias.


domingo, 3 de mayo de 2020

Por Raquel


No puedo interpretar mi crecimiento emocional sin todas las barbaridades que he podido pasar, desde la muerte de Carlos, lo duro que fue despedirme de Alisson, la partida de Anthony, han sido situación trágicas que me enseñaron a que podía estar bajo un túnel y existía una luz profunda y algo que podía empujarme para seguir sobreviviendo, porque ahí pensaba ¿qué más podía pasar? ¿Había algo más?

Qué pereza la calle, la gente, la vida, qué flojera tener que conciliar, estaba en la tristeza infinita y aún así me levanté, me deconstruí en base a llanto y a dolor, porque no había de otra, era eso o seguir sufriendo y opté por lo segundo, opté por seguir viviendo.

Tengo que agregar también que no ha sido fácil, ¿para quién lo ha sido? - es por eso que no me creo especial - y en parte me aburre mucho hablar de mí, es por eso que escucho mucho, que leo, y que ofrezco amor, quizás no el mismo que me dan, pero lo doy, son pocas las personas que quiero, me arrancaría el corazón y se los daría sin titubear, les daría toda mi sangre por salvarlos, le entregaría mi alma al diablo si uno de ellos corriera peligro, esa es mi manera de demostrarles mi amor.

Pero también he llegado a un punto en donde todo me da igual, qué mal nos hacen algunas experiencias pasadas, hay gente que te daña, te carcome y no se da cuenta y así sigue, gente que te hace la vida imposible y dice quererte, gente que se aterra con tu éxito, pero que te mantiene atado a ellos. 

Recuerdo a Raquel diciéndole a Damián “tú me hiciste la vida una porquería, eres el peor ser humano del mundo, tú me enloqueciste, yo lo intuía Damián, yo lo sabía, y yo te lo pregunté a ti, ¿tienes idea de lo que es vivir en el infierno de mi cabeza, tienes idea lo que me hiciste?” escuché esto y me di cuenta de lo dañino que pueden ser algunas personas en nuestra vida, me dolió, lo escuché, lo aprendí y lo viví, no tienen idea de cuantas vueltas le he dado a esa conversación y después de todo pude también entender el dolor de Raquel.

Su dolor era parecido al que a veces tenemos todos, pero en diferentes circunstancias, hay personas que amas con el corazón abierto y dejas que te dañen, no porque quieras si no porque justificas con amor todo ese dolor, sigues intentando pero caes en cuenta que no debes de permitir más y te vas, alguna vez han sentido eso ¿ese dolor en el pecho? Yo lo sentí y lo recuerdo, fue un 28 de julio del 2015, fue el único día que me permití sentirme una tonta frente a una pared llorando, pero tenía tantas ganas de hacerlo que no podía no permitirme hacerlo, me desahogué tanto que me di cuenta que podía parar y calmar mi dolor así, entendí desde ese día que no podía reprimirme sentir, pero que no todos merecen mi cariño, tampoco mi dolor.

sábado, 2 de mayo de 2020

Quédate para siempre



Cuando tenía siete años siempre esperaba que fueran las siete, ocho o algo más, a veces con mucha suerte podían ser las seis y él ya llegaba, me emocionaba verlo, saludarlo, contarle mis cosas, siempre he sentido cierta preferencia por él, intrínsecamente ha tenido que ser porque con conciencia los quiero a los dos.

Pasaron los años, soy muy solitaria y siempre he pedido mi espacio, puedo querer mucho y lo demuestro, pero no lo digo, y él lo sabe, trato de no ser una preocupación, de tomar decisiones correctas, trato, a veces no me sale, pero evito que mi sufrimiento les afecte.

Nunca podría quejarme de la suerte que he tenido, mi gran amor siempre será mi papá, su sonrisa, sus manos, todo él es perfecto, como nos quiere, nos abraza y nos cuida, nunca se ha detenido para cumplirnos, es responsable, bueno, honesto, un ser ejemplar.

Hace algunos meses la desgracia quería visitarnos, se sintió mal y él mismo se estaba despidiendo, nos abrazó fuerte y nos dijo: “pórtense bien con su mamá”, creo que en mi vida he llorado tanto de solo pensar que mi papá podía irse para siempre, se me hizo el nudo más grande en la garganta y no paraba, lloré tanto que no tenía paz, no encontraba calma, las cuatro estábamos apagadas, habíamos perdido la luz, pero teníamos un solo reto, saber que él podía salir adelante.

Pasaron los días, las semanas, y hasta los meses y se iba mejorando, la alegría y la paz volvía a nuestros corazones, Dios había sido bueno, generoso y bondadoso con nosotras, nos devolvía a mi papá con mejor semblante y con la misma sonrisa que veo desde hace 27 años, tenía el rostro un poco pálido, pero nada que el amor no pueda curar, ahora con más tranquilidad y con el corazón contento puedo decir que estará mucho tiempo.

¿Qué aprendí? 
desde lo que había pasado con Anthony sabía que éramos efímeros, que la vida es una rueda y que todo da vueltas, sabía que cuando alguien se muere se lleva parte de tu historia, entonces caí en cuenta que al regreso de mi papá debía de aprovechar mi tiempo, estar con él, con ellos, que era lo mejor de mi historia, aprendí a perdonar, a pedir disculpas, a llorar tan fuerte que me quedara sin voz, aprendí a dejar ir, a quererme más y sobretodo a demostrarle todos los días que lo amo.

Si algún día me lees papi, te amo con el alma, con el corazón, ojalá puedas ser el milagro y no te vayas nunca, eres lo mejor de mi historia, gracias por quererme tanto, por perdonarme todo, por ser tú y dejarme ser yo, por volar juntos y no cortar mis alas, por tu esfuerzo y dedicación. Gracias por la confianza, gracias por decirme “hazlo” aunque el camino  sea incierto. Seguimos aprendiendo, seguimos luchando, espero que sean por muchos años más. 

No te vayas nunca 

viernes, 1 de mayo de 2020

La melodía de mayo


Voy a tocar el piano esta tarde, todos me están esperando abajo, les he dicho que hay una melodía con la que quisiera empezar, te la dedico en mi recuerdo.

Aún no es la hora y ya estoy nerviosa, siempre me he sentido así antes de cualquier cosa buena que pueda llegar a hacer, ¿sabes? hoy me habló mucha gente, creo que nunca había tenido tantas conversaciones como hoy, me distraigo, los leo y empiezo a trabajar, es una suerte de aluvión a la tranquilidad.

El piano, ese que es el del abuelo es el que voy a tocar, espero hacerlo bien, mi tío lo hizo y todos se pusieron de pie, hoy no hay tanta gente, eso me da algo de tranquilidad, tengo mucho cansancio, pero ya no del emocional, si no del verdadero cansancio, se cierran los párpados y solo quiero dormir, muchas horas después de todo.

Ayer soñé con Anthony, fue extraño, venía y se iba, hace tanto que se fue al final del arcoíris y aún duele su partida, lo recuerdo con el alma y se entristecen mis silencios, pero ya lo solté, lo dejé ir, por su bien, por mi bien.
Bajo a tocar la melodía, esa que te conté, la que te dedicaré.

G.

jueves, 30 de abril de 2020

Créeme



Hoy tengo ganas de escribirlo todo, porque todo siempre me lo guardo, pero hacer esto me baja el amor, la tensión, me libera la vida, estoy escuchando a Park Joung Won y siento más calma.

No sé manejar mis sentimientos, los tengo pero no los digo, y no porque no quiera si no porque no sé cómo hacerlo, tanto mal me hizo guardarme todo antes, que ahora no sé cómo decirle a alguien que me importa tanto, pero sé que lo sabe y lo siente y eso apacigua mi pena, te pienso, te quiero, pero no te lo digo para no cargarte, esa es mi forma de demostrar amor, suena mal, se lee mal y sé que está mal, pero no puedo hacerlo diferente, no quiero responsabilizar a nadie de mis sentimientos, no tengo la fórmula perfecta para encajar con nadie y aún así encajé con tus miedos y tus preguntas.

Quiero irme a la otra orilla, esa donde estás tú, sentirme cerca pero no quiero abrumarte, entonces me re pregunto si sigo haciendo bien las cosas, pero en el fondo sé que no, créeme si te digo que te quiero, nunca lo he dicho tantas veces.

Me re pregunto si puedo sentirme tan feliz tantas veces y no obtengo respuesta, entonces está bien, antes me preguntaba todo y tenía una respuesta, por eso me iba mal, porque la pensaba demasiado, regresemos al principio, vayamos más despacio, pero más decididos, en verdad no quisiera retroceder nada, todo así está bien, con inquietudes y exactitudes, con idas y venidas todo está bien.

Créeme si te digo que te quiero, te pienso y te leo, nunca lo he dicho tan sincero.

No hay mal que dure cien años


Era verano pero yo traía una blusa manga larga porque toda mi ropa estaba sucia y no tenía que ponerme, no había cuadrado bien mis días y no tenía otra opción, salí apresurada, para eso nosotros ya habíamos hablado antes, no sabría cómo explicar cómo empezó todo esto pero de algo estoy completamente segura, nunca faltó amor desde el primer día, creo que por eso terminamos por exceso del mismo, pero esa ya es otra historia.

Llegué tarde y tenía mil cosas que hacer, no le di importancia durante el día, me escribió, hablamos y nos vimos, desde ese día no dejamos de hacerlo hasta otros 1824 días más.

Nunca peleamos, me adapté, me acostumbré, entendí y siempre fui la que cedía a todo lo que podía hacerle bien a la relación,por amor, porque no me gusta pelear, podría tener un sin fin de razones en realidad, pero no sé qué más podría poner. Y así fueron pasando los años, no dudo que me haya amado o querido, pero era siempre yo la que quería más y era obvia la diferencia pero en ese entonces no me daba cuenta y dejaba que todo pasara, porque podría justificarme en el amor, y es la única verdad que tengo.

Lo amaba como a nadie, lo veía y sentía mariposas en el estómago entonces era amor, nunca me había pasado y estaba enamorada. Él me quería es cierto, pero tanta era su seguridad que no lo hacía notar, entonces me dolía, pero yo no hice nada por cambiar eso, no traté tampoco de hablarlo, porque no quería discutir y quizás ahí empezó mi problema.

Nunca fui completamente sincera con él, siempre le decía que todo estaba bien y era mentira, me mentía y le mentía a él, que bien me habría hecho un poco de sinceridad, yo sabía que me quería pero no me lo demostraba entonces no hice nada.

Pasaron los años y mi amor nunca más fue el mismo, así como me adapté a ser yo quien quiera tanto, también me acostumbré a su desamor y a su manera fría de ser conmigo, me adapté porque no quería hacer problemas, porque tenía mucho trabajo, que sé yo. Un día un poco harta de todo esto le dije que no podía continuar así, terminé con mi primer amor porque me explotaba el corazón y él no me demostraba lo mismo, aceptó mi decisión como quien se deshace de las cosas y me dejó ir, me sentí mal, duró un año superarlo; con su presencia intermitente lo superé y ahora soy libre de él y de su recuerdo.

No sé exactamente en qué momento dejé de amarlo, pero estoy segura que fue cuando empecé a soltar recuerdos, cuando dejé de llorar al escuchar su canción. Hace un año me liberé de todo ese gran amor y del peso que sentía, más tranquila, con menos euforia por verlo y un total desinterés puedo escribir sabiendo que lo dejé ir. 

miércoles, 29 de abril de 2020

Hace un año


Hace algunos años tenía la necesidad de apuntar todo lo que me pasaba, era una suerte de recordatorio de las cosas buenas que sucedían, sentía que el corazón se apagaba y las volvía a leer, he tardado mucho en borrar todas esas notas, alimenté ese vacío con objetos, gente circunstancial y con muchos recuerdos, pero todo lo hice mal porque aún así no olvidaba, pero era un proceso y aunque ese proceso duró más de la cuenta me enorgullece decir que ya todo pasó, que esos apuntes ya no están y que la canción que me anudaba la garganta ya no tiene esa misma sensación.

Hoy escucho canciones y ninguna me recuerda a nada, es una especia de borrón y cuenta nueva, entonces caí en cuenta que si existe eso, que si logras eliminar recuerdos, por muy buenos que hayan sido todo se borra y sigues adelante con vacíos, pero sigues y lo mejor (eso creo) de todo es que no quieres regresar.

Podría decirte que lo logré, que este escrito es para ti y que hace casi un año ya nada es lo mismo, pero esta vez no escribo para nadie, solo para mí, quiero volver a leerme y saber que lo logré, que no importó cuánto duró todo, se logró y eso ya estaba bien. 
Voy a cambiar el play list que tengo porque ahora mismo voy a entrenar, aunque antes de irme quiero terminar de escribir: “pero de algo estoy completamente segura, ya nada nunca volverá a ser como antes y eso suena bien, porque traerá abriles más bonitos.”

martes, 28 de abril de 2020

Día 44


Hay días en los que te golpea la realidad como una avalancha de sentimientos, ayer todos corríamos en casa llamando, hablando, todos queríamos saber cómo estabas y no teníamos respuestas, ayudamos desde nuestro espacio, algunos rezando, otros teniendo acciones concretas, pero todos con el corazón y pensando que algo podemos hacer por ti.

Te cuento que esta dura la situación para todos, yo me he acostumbrado a estar en casa, no salgo si no es para lo necesario, trabajo mucho más ahora, me ahogo de trabajo, pero lo bueno es que hay, entonces no es una queja si no un comentario, en estos días que se han tornado largos y a veces muy buenos he entendido que son pocas las personas que realmente son importantes, también he podido entender que las enfermedades golpean, y golpean muy duro, no importa si tienes o no dinero, solo viene y ya, no te avisa, no te dice nada.

Hoy te escribo porque siempre te he recordado y desde mi trinchera estoy haciendo de  todo para que estés bien, te escribiría más, pero los sentimientos sobran, no sé si algún día lo dijiste tú, pero “con la familia para las que sea” 

Como siempre y desde niña, todo mi cariño. 

jueves, 23 de abril de 2020

El check list


Hay una lista de cosas que quisiera hacer contigo, la primera y la más importante es dormir juntos, quiero abrazarte tanto que me digas basta, aunque no creo que hagas eso porque también me quieres ¿cómo lo sé? - en realidad podría darte mil hipótesis de todo esto y creo que no tengo ninguna respuesta, pero, lo sé y eso está bien.

Tal vez estamos en nuestro mejor momento y no lo sabemos, pero te pienso sonriendo y aunque recuerdo que todo esto podría ser imposible, lo sigo imaginando.

Lo escribo para no ocultarlo, porque de alguna manera no quiero olvidarme de este momento, nunca me he sentido tan feliz.