sábado, 31 de octubre de 2020

Vivir con miedo

Quizás cuando sientas el mismo miedo podrás entenderme, no quise hablarlo con nadie, pero lo conté, y aunque no fue completa mi conversación, quiero escribirlo, escribirlo para recordarlo y saber que de vez en cuando ese miedo se avecina, ese miedo que hace que pienses que de nada valió tanto esfuerzo, ese miedo que hace que todo tu mundo transcurra en veinte segundos, esos veinte segundos en donde te sientes viva y sientes que te están llevando a la muerte.

La primera vez

Tenía 19 años, lo recuerdo cerrando mis ojos y pienso en lo que pudo haber pasado, estaba en el turno noche de la universidad y mi casa queda algo lejos, estaba muy cansada, demasiado cansada y el bus que me llevaría estaba muy lleno, sentía que no podía más, tenía un poco de dinero y bajé, podría haber sido la peor decisión de mi vida, tomé un colectivo, de esos autos que son taxi pero llevan a 4 personas y hacen paradas en ciertos puntos, lo tomé por la avenida Abancay, porque no aguantaba más estar parada, no medí el peligro y como el auto estaba lleno me sentí en confianza, mentiría si digo que tuve miedo, entré confiada y aún quizás lo sigo haciendo, uno tras otro bajaba, no era la primera vez que subía y repito siempre he confiado, seguía el camino hasta que el chofer me miró y me dijo: "bájate, antes que te haga algo" mis ojos se abrieron como no tienen idea, temblé por un momento, abrí la puerta, bajé y tomé el bus que estaba atrás para poder llegar a mi casa, el único lugar donde realmente me siento a salvo, mis papás ya dormían, era tarde, no se los comenté hasta hace poco, nunca más volví a subir de noche a un colectivo.

Hoy

Podría mentir y decir que he vivido con miedo, no lo haría, no he tenido miedo, después de ese incidente he tomado algunas precauciones, pero lo de hoy hizo que sintiera nuevamente esa sensación de pensar que no tenía de otra.

Salí de la casa de una amiga, no llevé el carro porque la verdad prefiero descansar de manejar los fines de semana, salía tranquila, no tomé un taxi de aplicación porque es cerca a mi casa, relativamente cerca diría, y estiré la mano, paré uno, dos, tres y no querían llevarme, todos me decían "mucho tráfico señorita", volví a estirar la mano y él me dijo "vamos", me dijo el precio y me pareció razonable, entonces subí, pero subí con miedo, no sé por qué, sentí que el corazón me apretaba y lo miré fijamente, soy de recordar rostros, cosas y detalles, recuerdo su cara, la tengo marcada y me dice: "hay mucho tráfico" vamos por el peaje, me saco los audífonos y le digo ¿qué? - me repite - vamos por el peaje, le dije: no, volteó y me dijo, así llegamos más rápido, le dije no: llévame por esta ruta, la ruta del puente por favor, giró, dio la vuelta y me dijo: vamos por el peaje, ya había dado la vuelta, que iba a hacer, tengo 27 años, sueños, tengo una familia que me espera, una mamá que había hecho arroz con leche para mí, una hermana que si me pasa algo se muere, un papá que no le daría las fuerzas para seguir adelante. Me saqué los audífonos y le dije: no, yo no quiero ir por allá, detente, porque voy a bajar, volteó, me sonrío fríamente y me dijo ¿qué?, le dije: déjame aquí que voy a bajar, me volvió a mirar y no me dijo nada, no paraba, entonces le repetí, no puedo ir por el peaje, porque he mandado mi ubicación y qué haría yo por ahí si mi ruta es otra, me miró, se detuvo y me dijo; ya bájate.

No estaba nerviosa, pero si tenía en mi cabeza un solo pensamiento, transcurrió toda mi vida en 20 segundos, desde que era niña, pensaba en qué diría Rocío si supiera que algo malo me pasó, habría sido la última persona que me vio, nisiquiera mi familia, pensé en lo que habría pasado y ninguna opción era quedarme viva, ya me sentía muerta, bajé rápidamente y crucé la pista, cogí mi celular y pedí un taxi por aplicación, el tráfico estaba insoportable y ahora si tenía miedo, pensaba en qué habría pasado si me llevaba o no le decía que mandé mi ubicación, porque creo que eso me salvó, no sé, quizás esté exagerando, probablemente y quería llevarme por el peaje para acortar camino, pero no me dio confianza, lo sentí, lo intuí y bajé, tenía que ponerme a salvaguarda, porque sí tuve miedo pero no quise demostrarlo, en el otro taxi pensaba en qué habría pasado si algo me pasaba, seguía y seguía pensando, pensaba en mis papás, en mis hermanas, pensaba en lo rápido que podría haberse ido mi vida, se me cruzó por la mente escribirle al Zav y mandarle mi ubicación, darle los números de mi familia y el de mi casa, que si no le avisaba que llegaba es porque me habían hecho algo y que tenía que ir a mi casa a avisar que probablemente estaría en peligro, pero no lo hice porque bajé y me sentí un poco más seguro en el otro carro.

He tenido suerte quizás, pero no es suerte tener que pensar que algo me van a hacer, no es suerte vivir con este miedo o solo pensarlo, no es suerte no saber si llegaré viva a mi casa porque alguien quiso hacerme daño, no deberíamos de vivir así, yo nunca he sentido este miedo y ahora lo sentí y quizás lo sienta más adelante, no debería de ser así.


jueves, 29 de octubre de 2020

Sin expectativas

Amar sin expectativas es una de las formas que quisiera aplicar para el día de mis días, pero no lo logro, siempre espero algo más, siempre quiero que funcione, pero no pasa, quizás sea por la presión que acongoja mi pecho, por el dolor al sentimiento del rechazo, por la falta de ese amor que prometió volver y que hasta ahora no lo hace, ese para siempre que debió de darse y que nunca pasó, mil cosas atoradas en el estómago y las mariposas que día a día se van muriendo, ese nudo en la garganta, las lágrimas que no salieron, el sentimiento de culpa de saber que pude haber hecho más, qué se yo, siento rabia, pero también paz, me hace bien escribirte, aún sabiendo que no me leerás.

Te dejé volar no porque no te quisiera, si no porque te amaba de verdad, prueba de ese inmenso amor es que hoy solo te dedico letras, quizás dejé de ser un fastidio, una molestia o tal vez me extrañes como yo a ti y no lo sabemos y quizás nunca lo sepamos, porque no es que sea orgullo, es un poco de dignidad.

El aire sigue corriendo a pesar de todo y eso está bien, te he extrañado más que nunca y no tiene un por qué, solo te he extrañado y para no buscarle explicaciones a las cosas ilógicas dejo que todo pase, así como pasó nuestro amor, como pasó el buen vino la último noche que nos vimos, como pasaron tus manos por todo mi rostro cuando dibujabas un corazón en medio de mi cara, no quisiera decirte que te dejé de querer, sería mentirte y sobre todo mentirme, pero creo que es correcto decirte hoy mismo que he aprendido a querer mucho más y no precisamente a ti, dejaré que pase el momento, quizás con suerte nos volvamos a ver, quizás.

Escribo sin ninguna expectativa de que me leas, pero si lo haces, no dudes que alguna vez te quise, solo no lo dudes.

viernes, 23 de octubre de 2020

Eran las dos y cinco

 Nunca les ha pasado que quieren irse de un lugar pero no lo hacen porque se sienten cómodos, porque reciben un poco de amor, de ese amor que les hacía falta, de ese amor que querían, que no sabían que podían recibir, y dejas que pase un momento, vuelves, siempre vuelves, él es eso, siempre es ese sentimiento de odio y amor, es aire, pero también es tempestad, no necesito decirle nada porque lo sabe todo, pero me lastima con su ausencia, se va, vuelve, y ya no sé si regresará, pero quiero que lo haga.

Sus conversaciones son mis estaciones favoritas, tenemos canciones que nada más nosotros conocemos, perdí mucho cuando le dediqué canciones que eran mías, porque ahora son más de él, cuando falta se nota, se siente, pero no hago nada para que vuelva, hace poco lo llamé, lo escuché, lo molesté, me abrigó y sentí su amor, siempre lo siento, pero no sé a donde se va, se va con él, cuando también el se marcha y me deja sola, uno de estos días, quizás, muy pronto, ya no lo extrañe y se sentirá raro, quizás el me extrañe y se pregunte donde esté, tal vez esté muy lejos y él ya no lo sepa, pero también existe la probabilidad de que aún siga esperándolo, quizás siga esperando su llamada, quizás siga esperando sus flores o girasoles, quizás espere una canción, quizás quiera estar un rato más con él, quién sabe, yo ahora mismo no lo sé.

Tenemos un para siempre todavía, sabe que me hace falta, sé que me quiere, pero no hacemos nada, probablemente sea fuerza y no lo sabe, me da amor y quizás no se entera, tal vez en algún momento nos vamos a querer mejor y todo será diferente, tal vez. 

jueves, 1 de octubre de 2020

Lo que sentí

Es falso, siempre será falso decir que te he dejado de querer, jamás lo hice, es más nisiquiera sé que pasó entre los dos, lo único que sé es que te quise como a nadie y a raíz de todo este amor he podido darme cuenta que no siento ningún apego emocional con nadie más, aprendí a dejar ir y volar, aprendí de desamor, ciertamente cambió mi percepción de lo que podría significar el amor, cambió y cambié, ¿pero en algo cambió todo lo que sentía por ti? creo que sí, no lo afirmo porque no estoy segura y prefiero dudar a afirmar algo con lo que quizás tenga que seguir viviendo, me duele no habernos logrado y me duele quizás porque aún te quiero, entonces bajo esa lógico no afirmo nada de lo que aún no estoy segura.

Ayer hablamos y siempre que lo hacemos pienso que el corazón va a volverse loco, pero ahora todo es calma, hablamos de lo bien que nos ha podido ir, de la pena de no estar juntos y de lo que vivimos, ¿qué bonito no? ojalá algún día tengamos la casa en la cabaña y podamos decir que esta separación era una más de las cosas que teníamos que afrontar, ahora mismo no sé si eso suceda, pero te juro que lo deseo, lo deseo tanto que tengo pena, pena de pensar que podré querer a otro hombre que no seas tú, pena de saber que quizás nuestras vidas ya no tengan ese mismo camino, tal vez esa pena se va a ir y sí querré a otro hombre, tal vez no seas tú con quien me quede por el resto de mi vida y aunque esa pena me aflige la acepto, la acepto porque no hiciste nada por remediar lo que nos pasaba, y nunca fue falta de amor, fue falta de decisión, entonces no me siento tan culpable de haberte dejado ir, no me siento yo la responsable de que nuestro amor no se lograra.

Pero si me preguntan alguna vez, nunca dudaría en decir que fuiste mi primer más grande amor, que la vida fue buena y que me arrancaría el corazón por salvarte la vida si es que lo necesitaras, solo eso.