martes, 26 de junio de 2018

Nostalgia

Creía que algo podía cambiar, empiezo así quizás ya el último texto que escriba para él, aunque vengo repitiendo esta misma frase casi dos años seguidos, pero esta vez va en serio.
La última vez que hablé con él sobre esto le pregunté: ¿Se volvió costumbre no? titubeó un poco y me dejó a entender que sí, me rompió el corazón con esa respuesta dubitativa, quería llorar unas dos o cinco horas más de lo que ya había llorado, pero no lo hice, fui un poco fuerte, quizás mucho.

He aprendido a vivir con su ausencia, ya no hablo con él, no le escribo, tampoco me llama, pero mentiría si dijera que no me alegra saber de él, que sería inmensamente feliz si el me dijera que me extrañara y me pidiera que todo vuelva a ser como antes, quizás su mano ya sostenga otra, quizás sea otra con quien converse por las noches y sea su voz la que acompañe su sueño, quizás también me estoy confundiendo y no sea así, prefiero pensar que dejó de quererme ahora que me fui, que cuando estaba a su lado.

Esperé paciente y con mucha nostalgia algo que no sucedió, hoy me despido de ese amor interminable al que permito irse, al que le digo que ya es tiempo que deje de doler, al que le suplico con el corazón en la mano que vuelva, a ese mismo amor le digo adiós.

Me preguntó si era su culpa, le respondí que fueron las circunstancias, quizás nunca fui la mano con la que se debió de quedar, tampoco el abrazo con el que cierre su día, por eso permite que me vaya, por eso no vuelve.

Leí hace poco que cuando alguien se suelta con tanta seguridad es porque ya se sostenía de otro lado ¿de qué me estoy sosteniendo yo? - me pregunté - de valentía, de amor propio, de coraje, de dignidad, me fui, me he ido, me estoy yendo y él lo sabe y NO HACE NADA. 

Cuando le pregunté qué éramos, no encontró respuesta a tanto amor, a tanta complicidad, no encontró una respuesta sólida que me dijera en el fondo, quédate, y es que él no quiere eso, por eso también me fui, ya han cesado las lágrimas, ya no lloro como antes, ya no duele, pero aún hay amor, pensé que en algo cambiaría que me alejara, con tristeza me doy cuenta que de nada sirvió, pero no importa, siempre valdrá la pena haber conocido el amor, por las lágrimas que secó y el amor que me dio.

Gracias, qué más podría decirte, me estoy despidiendo y esta vez, si va en serio.

G

viernes, 8 de junio de 2018

Me dejó ir

Procuraré escribir lo más tranquila posible, en realidad no miento si digo que he encontrado paz, que puedo dormir sin escuchar su voz, que ya le expliqué más a mi corazón que a mi mente que no lo veré, que no sentiré su cuerpo alrededor del mío, que ya no serán sus manos las que se posen con las mías, que ya no escribiré más por él.

He guardado todos mis diarios, he cerrado la puerta para poder llorar más tranquila, he sentido también que todas las mariposas se fueron y me he aferrado a la paz de lo que pueda venir, no busco nada en concreto, pero si lo busqué con él, busqué que me amara, que se sintiera parte de mí, no lo logré, no pude detener el tiempo a su lado, pero lo que si hice fue posar mis manos en su rostro y retratarla para cuando esto pasara, me quedé sin ti, pero tengo tu recuerdo en el alma, mis manos te dibujan, aprendí donde estaba exactamente cada pequeña parte de tu piel, sé cuántos lunares tiene, sé cuántas marcas puede tener pero nadie se las ha visto.

Lo extrañaré es cierto, pero me cansé de esperar su iniciativa, me cansé de llorar, me cansé de quererlo tanto y recibir tan poco, diría todo eso porque es verdad, pero no es del todo correcto, con su paz también me alegró muchos momentos oscuros, me escribió cuando nadie más lo hacía, le acerqué su corazón a mi alma y supo quedarse por días, semanas, meses y años enteros, ¿Todo se habrá vuelto costumbre? ¿Me extrañará? ¿Sentirá pena? no sé, quizás nunca encuentre respuestas, tampoco he hecho preguntas por ejemplo para obtenerlas, siempre yo cometiendo error tras error.

Hace unos meses le dije que pensaba que había dejado de quererme, en primera instancia me culpé, supuse que dejó de ver en mí a la mujer de la que quizás en algún momento se había enamorado, pero después comprendí que había luchado incansablemente por salvar todo lo que yo creía mío, me apasioné tanto con todo esto que para mí jamás fue costumbre, volver a verlo siempre fue un deseo, yo lo he amado no solo con la mente, corazón si no también con el alma, le entregué de manera frontal todos mis sentimientos, sin dependencia, pero lo amé con errores y aciertos, estaba ahí, comprensiva y perenne porque aprendí que el amor era así, no sé si haya fallado, ciertamente él no me ha explicado muy bien todo, siento que merezco más respuestas, pero como a él no le gusta hablar sobre el tema, he preferido ser yo la que se aleje, la que no escriba, la que tenga un poquito de dignidad.

No me arrepiento de nada de lo que hice, si podría retroceder el tiempo lo único en lo que si cambiaría toda esta historia, es en haberme enamorado de él ¿entonces, si me arrepiento? - No - es que claro está que en el proceso de amarlo yo pude haber sido más fuerte, quizás menos tolerante con alguna de sus formas, él no demuestra su cariño, nunca lo ha hecho, lo conocí así y no quise cambiar nada de él, solo ayudarlo a mejorar, creo que mi tiempo a su lado ya expiró, y creo también que no hizo nada porque me quedara a su lado, a veces o muchas veces sentía que no me quería, que era solo yo la que remaba contra todo pronóstico para que funcione todo y no saben el dolor que sentía, pero el amor era fuerte, yo era un roble y cuando lo veía, los ojos se ponían chiquitos y llenos de luz, era amor, siempre fue amor.

Por amor, decidí irme, por amor quise luchar hasta el cansancio, pero ya el cuerpo, la mente y el corazón se agotó, me pidió que cesara lo hice con la sola intención de ver si él luchaba también conmigo, no hizo nada y siento que lo merecía todo, pero a veces pasan este tipo de cosas, incongruentes en donde no encuentras explicación alguna pero debes de seguir, no hay de otra, porque todo sana, todo pasa y no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista.

También he pensado que quizás en otra vida lo encuentre y sea él quien demuestre su amor, sean sus ojos los que brillen al verme, quizás guardo esa esperanza porque lo amo tanto ¿Cómo olvidar a alguien tan rápido? estas cosas del amor deberían de ser más fáciles y menos dolorosas, ayer lloré pensando en por qué no funcionaron las cosas, ayer pensé también y le pedí a Dios que me diera la fuerza para no escribirle, para no llamarlo, para no seguir insistiéndole al corazón, ayer le pedí a la vida que me llevara por otro camino, que razones no me faltan, pero no saben como quisiera que él sea parte de todo mi destino, no quiere que sea así, ya lo entendí.

G