lunes, 28 de diciembre de 2020

Sin saber

Entrégalo todo, no importa cuántas veces tropieces, si todo va mal, tendrás la certeza que hiciste lo que pudiste y que nada fue tu culpa, creo que es la única manera en la que debemos de hacer las cosas, otras no necesitan pensarla mucho, pero lo hacemos y creo que ahí la jodemos, no necesitamos pensarla tanto, deberíamos de seguir a nuestro sexto sentido, qué más da si nos vamos de cara, quizás esa cara bese muy bien o sea el viaje que tanto necesitábamos.

Quisiera borrar algunas cosas de este 2020, no muchas, solo algunas, pero como todas fueron aprendizaje, las dejo, hasta ese 3 de abril lleno de ansiedad, en donde el agua fue el único medicamento, las veces que lloré o los momentos en donde solamente quería seguir caminando, pero no podía, quizás aprendí mucho de este año, que sin saber se lleva mis mejores recuerdos, el único plan que tengo para el 2021 es emborracharme más de la cuenta, llorar si lo necesito y dejar de creer en estupideces.

Gracias 2020, porque sin querer la libertad llegó.

sábado, 19 de diciembre de 2020

Probablemente es hoy

No tengo nada que ofrecerte por ahora, no quisiera ninguna explicación o alguna respuesta a todas las preguntas que en algún momento te hice porque sé que me dirías: "tú sabías" y un balazo dolería menos a esa respuesta estúpida, y en la que siempre te excusas.

No tengo que reclamarte nada, porque no somos nada, lo que alguna vez fuimos, tú te encargaste en destruirlo, el inmenso amor que te tuve, se fue, como se va el verano, el invierno y el otoño, se fue entre palabras, lágrimas y quizás mucho dolor, porque muy en el fondo no quería irse, gritaba para quedarse, pero no hiciste nada, tal vez esa haya sido la mejor solución.

Te fuiste con este año, te estás yendo con el, no siento nada, pero tengo dudas, preguntas, a veces te recuerdo, otras no mucho, a veces te pienso y te extraño y tal vez hasta te quiera para un para siempre, pero después te alejas, no de mí ciertamente, si no del recuerdo que construí, de la nobleza de mi corazón, de mis pensamientos, te vas del todo y ya no regresas, creo que eso es lo que siempre quisiste y como en todo, te estoy dando gusto.

Desde que nos separamos he intentando no hablarte, dejarte de lado y olvidarte, podría decirte que lo logré, pero no tiene mucho sentido, sé que no te interesa y eso ya basta para seguir adelante, fue duro, fue un viaje, muchas salidas, seguir mirando al cielo, pedirle a Dios entre lágrimas que me permitiera olvidar, perdonar y sobretodo dejarte ir, pero a veces el corazón se empecina, el alma rota no quiere volver a juntarse, las películas y las series ya no eran las mismas, la reflexión seguía siendo ser fuerte, pero no podía, escuchaba la misma canción que me rompía una y otra vez, solamente para volver a llorar, porque lo necesitaba, porque eso quería, me quedé dormida pensando en qué hice mal, pero no obtenía respuesta.

El tiempo ciertamente pasó y no hiciste nada por recuperarnos, porque éramos dos y ahora estaba yo sola en la orilla esperándote, ahí caí en cuenta que nunca me quisiste de verdad, que es por eso que los girasoles, la cena, el collar de mariposita y las cartas nunca llegaron, porque tú no quisiste volver, y entonces yo seguí, porque no tenía de otra, ya había sufrido lo suficiente como para seguir amando un recuerdo que nisiquiera se acordaba de mí.

Hoy probablemente sea la última nota que escribo en tu nombre, y aunque sé que no te importa, yo estoy bien, no te diría mejor que antes, porque no lo sé, hay gente que se fue, que quisiera que vuelva, yo cambié y te dejé de querer, y aunque quizás eso haya sido lo mejor para los dos, mi corazón no lo quería hacer, mi corazón quería seguir explotando de amor por ti, quería seguir amándote y soñar que algún día despertaríamos juntos, no pasó, no pasará y eso está bien, ya lo entendí.

Así como el amor llegó, también se fue, porque aunque no quería que así fuera, la vida tenía que continuar, y ya no estabas en ella, este año nos dio el golpazo en la cara, y me di cuenta que podía estar sin ti, que ya no te quería y que te dejaba ir, te dejaba como quien deja su tesoro más preciado, te dejaba con dolor, pero con el sentimiento de saber que hice de todo para que eso no pasara, te dejaba como última prueba de mi inmenso amor, tal vez hoy sea el verdadero adiós, pero el adiós para siempre.



 

Algún día

 No les pasa que siempre esperan más de las personas que quieren, pero no tienen ese gesto, o tampoco tienen la intención de hacerlo y es ahí donde caes en cuenta que quizás sea otro tu destino, pero ¿cómo lo trazas? ¿qué haces para que pase? a veces uno continúa solamente con una pizca de esperanza, con esa pizca que le daba vida a la vida, pero esa pizca se desvanecía con inacciones, con dolor, con sentimientos, esa pizca, ya no daba más y te pedía a gritos que te fueras, no lo hacías, por amor, por costumbre, o porque quizás no tenías explicaciones, tampoco las pedías, pero las dudas te carcomían.

Nadie nos ha enseñado a amar, si así fuera evitaríamos muchos errores, uno de ellos, darlo todo o de más, porque siempre saldrás lastimado, lo cuento porque en algún momento lo viví, y me di con el portazo en la cara, porque siento que merecí más, pero no quería pedirlo, no debía de hacerlo, no era justo, lo merecía nada más, pero no le nacía, y si no le nace no se le pide, es una de las tantas frases que quise aplicar para esa suerte de amor que tuve en el pasado, pero que nunca apliqué, porque moría de amor, no importa cuando escriba esto, tendré que volver a releerlo para no cometer ese error, quisiera decirles que dejé de creer en el amor, pero no es así, no lo he hecho, no tengo ninguna prueba, pero tampoco dudas de que algún día el verdadero amor llegará.

Algún día

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Raúl

Voy a escribir cientos de veces, pero esta vez no de lo que quisiera, si no de lo que duelen las despedidas y no precisamente una que esperé.

Se marchó el domingo apretando fuertemente la mano de un amigo, entre lágrimas y con un deseo de vivir, pero se fue, se tuvo que ir, quizás para ya no sufrir, se fue mi gran amigo, mi tío favorito, el hermano más querido, el hijo preferido, se fue a ese viaje sin fin, se fue sabiendo que lo queríamos, posiblemente nuestro único consuelo.

Él es una de las personas que más quiero, lo veía y sonreía, recordaba mi niñez feliz, hacíamos postres, pizzas y almorzábamos juntos, sentía que siempre hacía falta, me traía chocolates y hacía gelatina, aprendí algunas palabras en inglés con él, a los 8 años de mi mano fuimos a recoger una diploma de reconocimiento por mis notas, estaba feliz de que él estuviera conmigo, no entendía mucho pero era feliz y eso no lo voy a olvidar.

Los años pasaron y con ellos actitudes y cambios drásticos, pero nunca dejó de querernos, de cuidarnos y de querer protegernos, entendía quizás que su cariño también había cambiado, nos alejamos, nos volvimos a juntar y en ese tiempo él ya tenía una vida, tenía una nueva esposa, una nueva manera de pensar, yo lo seguía queriendo, porque el recuerdo siempre ha podido más, siempre ha sido el favorito, el más bueno, el más cuerdo, el más inteligente, se me hace un nudo en la garganta y tengo un vacío en el corazón que posiblemente solo el tiempo pueda llenar, nunca voy a entender a la muerte ¿qué hace, te elige? ¿te dice, hoy te toca a ti? no imagino que ese día tenga que llegar, pero seguramente llegará y quizás alguien también escriba para mí, pero no lo sabré, mi tío nunca sabrá que escribo hoy para él y me arrepiento porque pude haber escrito antes, pero él sabía que lo quería y tal vez solo eso baste.

Los 11 de noviembre eran distintos, porque es su fecha de cumpleaños, a veces estábamos juntos, otras no, pero el corazón no miente y a pesar de la distancia él sabía que podía contar con nosotros, la vida pasó tan rápido que no sabía en que momento cumplió 63 años, su luz se apagaba y él también, lo veía en sus ojos, en su mirada, en su tristeza, nos decía que le dolía y que posiblemente la mejor solución era descansar, solo quisiera pensar que no sufrió más de lo que ya venía sufriendo, no lo merecía, nunca lo mereció.

Este domingo cuando partiste te llevaste un poco también de nuestras sonrisas y de nuestra niñez, estoy segura que cuando también me toque partir te encontraré, no dudo que seguirás cuidándome y posiblemente te reirás de las cosas que haga, me pongo a llorar pensando que pude haber hecho más por ti, no me culpo, pero me apena, me da rabia saber que podíamos pasar más tiempo juntos y no pasó porque este 2020 nos separó, pero sé que sabías que te adorábamos con el alma y eso alivia mi pena. ¡Arre, arre justiciero, hasta el cielo! 


Te voy a extrañar la vida entera.