domingo, 24 de mayo de 2020

Setenta días después


Hace 70 días que inició el confinamiento y no recuerdo muy bien como era mi vida antes, es más creo que la de ahora me gusta mucho más, solo quiero saber si recordaré manejar, porque me costó mucho soltar el miedo a las transitadas calles limeñas como para que la cuarentena me hiciera olvidar ese proceso. 

Hace unos días hice compras, quería sonreírle al chico de la caja y no podía, ambos teníamos el cubre bocas y solo atiné a agradecer, caí en cuenta que de verdad todo cambió, hace 70 días que las conversaciones ya no son las mismas, que la gente a la que frecuentaba ya no la veo, que los pocos amigos que decía tener fueron los que se quedaron, 2 o 3, porque con las personas del trabajo siempre debo de hablar, la posición de los chats frecuentes cambiaron en mi WhatsApp, pasé de hablar horas con alguien a absolutamente nada, pero el trabajo abruma y ya nada duele.

No sé si sea el peor año para toda la humanidad, para mí no lo ha sido, enero lo viví porque era mi mes de cumpleaños, febrero pasó sin darse cuenta y lo demás ya es historia conocida.

Día 70 con mi familia, no quiero pedir nada más. 

jueves, 21 de mayo de 2020

¿Te acuerdas?


Quisiera poder dejar grabado todos los recuerdos en una parte de mi mente para que no desaparezcan, pero se irán y me aterra, me da miedo pensar que también con esos pensamientos te iras tú y no lo quiero, aunque no estés no quiero que te vayas.

Tengo nuestra canción en el playlist con tu nombre, tu cumpleaños es mi contraseña de la firma digital, no tuve tiempo de contarte, ya te habías ido, tampoco te pediría que te quedaras si no es lo que quieres, tan vano es el concepto de amor que tenemos.

Hoy te he echado de menos, lo siento si no lo digo, mejor lo escribo, no te olvides que te quise, que te quiero y quizás por un tiempo te seguiré queriendo. 

miércoles, 20 de mayo de 2020

El día del fin


Ya eran las 8 y seguía caminando, no veía gente a mi alrededor, no tenía miedo y seguía el mismo camino de todos los días a esa hora al salir del trabajo, me puse los audífonos y empecé a escuchar cualquier canción, no tenía vida para pensar en qué debía de escuchar, solo quería llegar a mi casa, bañarme, dormir y así seguir, no me había sentido agotada emocionalmente desde hacía mucho tiempo, quería llorar, pero escuchaba reggaetón y no lo permitía, desde ese momento descubrí que cuando tengo ganas de llorar me pongo a bailar tanto, que posiblemente olvido lo qué pasó.

Me llamaste, y me di cuenta porque mi música se detuvo, así como mi corazón, que terrible sentimiento, me tomó 3 segundos no querer contestar y bajo mi lógica de “no te daré importancia” lo hice, dije ¿aló? Algo raro en mí, porque yo siempre digo hola, no aló y lo sabías, pero te hiciste el que todo estaba bien, y dentro de todo lo que conversabas me dijiste “perdóname”, yo no quería hacerlo, pero te dije que si, que todo estaba bien, ¿Cuántas veces mentí con lo mismo? ¿Cuántas veces quise llorar y no lo hice? Nunca fue tu culpa, siempre fue la mía, porque yo soy responsable de no haberte dicho que todo estaba mal y que quizás podrías tomar en cuenta lo que sentía, qué daño le hice a todo con ese silencio, innecesario, tonto, ese silencio que de bien nunca tuvo nada.

Pasaron los días y yo ya no era la misma, estaba perdida y lo mejor que pude hacer fue llamarte, recuerdo que te dije: “te espero en el café de siempre” hablamos tanto, que ya no me alcanzaba el tiempo para decirte que había sido feliz, pero que había dejado de serlo también y que mi inconsciente me pedía irme, lo aceptaste como quien se quita algo de encima y ahí caí en cuenta que también habías dejado de ser feliz conmigo.

Quizás ese día fue uno de los más tristes, pero fue el día cero para empezar el cambio, tanto tiempo me costó arrancarte del corazón, que no tengo ninguna duda que dejarme ir fue el favor que le hiciste a mi amor. 

martes, 12 de mayo de 2020

Tu segundo nombre


Hoy escuchaba muchas canciones y una de ellas me recordó a ti, pero nunca la habíamos escuchado juntos, entonces fue raro, busqué la letra de la canción para saber porque me dio tanta nostalgia, sigo extrañándote y no me había dado cuenta, me duele aun que te hayas ido ¿por qué lo hiciste? ¿No podía ser para siempre? No importaba si no era conmigo, yo quería que te quedarás y te fuiste.

Me acuerdo que éramos uno los dos, vuelvo a pensar en todo lo que vivimos juntos, y me pregunto: te fuiste y no te despediste, es que tampoco pudiste.

Quisiera controlar el tiempo y volver atrás y cambiaría todo, quizás ya no tendrías la última conexión de WhatsApp el 29 de septiembre del 2014, si no hoy a las 8:30 pm y aunque no hables conmigo o no sea yo con quien te rías, estarías vivo y eso estaría bien, no todo mal como lo está desde que te fuiste.

Ese sábado que viniste y que salimos a dar una vuelta porque no había avisado que iría contigo a ningún lado y empezamos a contar muchas historias creo que fue la última vez que me hiciste tantas cosquillas, recuerdo los helados que compramos, como estacionaste tu carro al frente de mi casa y como salí un poco asustada porque hacías demasiada bulla con tu música, te extraño mucho, como no tienes una idea.

¿Te acuerdas que no te gustaba tu segundo nombre? Nunca te lo dije, pero yo lo amaba, quien diría que te llamabas Anthony Ezra.

Con el alma, desde siempre.

lunes, 11 de mayo de 2020

La cuarentena


No les ha pasado que hay días tan buenos que no sabes cómo seguir con la felicidad, es como si quisieras alargar esas horas, o quedarte para siempre ahí, eso me pasó ayer, estaba demasiado feliz, bailé, canté, estaba tan contenta, era sorprendente, tenía miedo que la alegría se vaya, no se fue, era ese golpecito en el pecho que ya había sentido antes, pero no con tanta frecuencia.

Voy a seguir bailando, trataré de seguir con ese corazón constante, quizás la cuarentena conmigo tuvo otro efecto, fue al revés, me ha traído paz, alegría y calma, de la que necesitaba y no sabía que podía tener. 

domingo, 10 de mayo de 2020

Se quedó


Nunca les ha pasado que se detienen un minuto y la misma gente que pasó tiempo años atrás, ya no está, pero siempre se quedan algunas o sólo una, estoy haciendo ese ejercicio mental ahora mismo y puedo fijarme quienes se quedaron, son pocos, pero son lo suficiente, lo que necesito, los que me alegran la vida, los que me acompañan.

Son las 7 de la mañana y no tuve mejor idea que escribir, me hace bien, me relaja y me libera. 

 En ese ejercicio mental que hice, me di cuenta de quien nunca se fue, es una suerte de esperanza saber que siguen aquí, ¿algo habré echo bien no? Me imagino que sí. 

Volver a escribir


Y te diría que sí mil veces más, te abrazaría hasta que el aire se comprima, pero no se puede, vienes, te vas, regresas, no estás, hoy le escribo al silencio de las hojas que guardaste en ese buró.

Tengo ese vacío emocional que no aparecía meses atrás, tengo esa duda existencial de si continuar o parar, pero siempre sigo y no está mal, me apeno, me hundo, pero me salvo, es una suerte de trilogía, escribo y aparezco en la orilla, en la orilla donde tú estás, te sigo viendo y recorro con la palma de mis manos tu rostro, ese que nunca he tocado, pero que el silencio ha hecho su trabajo, he aprendido a reconocer tu olor a lo lejos, a percibir y resistir tu ausencia, he sentido como todo se acababa y como todo volvía a la normalidad.

Te abrazo con el alma, con fe y y con nostalgia, de esa que ya no me acordaba que existía, pero que ya no se siente tan mal, he vuelto a escribir, no sé si es por ti, pero es lo que generas en mí, podría un escrito ser tan intenso, hay muchas variables, quiero pensar que sí, solo escribo, solo leo, solo veo, no quiero tener motivos, pero uno de los motivos eres tú. 

viernes, 8 de mayo de 2020

Esta vez no


Hay gente a la que quieres mucho, pero debes dejar de querer porque se convierten en todo lo que nunca conociste y en su reinversión no estás tú, entonces toca dar un paso al costado, lo único bueno de todo es que tú decides si la sigues queriendo y en este caso voy a decidir seguir queriéndote, pero ya no darte importancia, quizás más adelante me de cuenta que mi cariño ya se fue y sea lo mejor, pero ahora no, ¿quién deja de querer a alguien en un día? Yo no. 

Consecuente y coherente como siempre. 

jueves, 7 de mayo de 2020

Mi lado cursi


Podría decir que he escrito siempre como mecanismo para explicar y entender mis sentimientos, muchas veces he escrito triste, desesperada, ahogándome de la pena y he restablecido mi corazón y mi alma, me ha ayudado siempre, es una terapia gratuita que me doy.

Nunca he mandado mis escritos, porque son míos, si en algún momento he querido que el remitente lo sepa, nunca hice nada para que los lea, porque como extrapolaba mis sentimientos a la vida real, si quería dejarlos en la vida virtual del blog.

Yo no sé honestamente que pase en los días que vengan, solo se que mi corazón descansa y ya no escribo con pena, sé que finalizando el día duermo tranquila y no tengo pensamientos que dañan mi alma, ya no tengo preguntas sin respuestas, ya no tengo dudas, tengo paz y eso esta bien. 

He escrito por personas que no existieron, de las que ya no recuerdo el nombre, he reflexionado sobre todo lo que he podido pasar en estos últimos cinco años y creo que la vida la complicamos nosotros mismos, queriendo a gente que luego se torna espantosa, pero afortunadamente, también podemos elegir a quién querer y es ahí donde empieza a cambiar todo.

Hay gente buena que no te toca, pero te acaricia el alma, hay gente que no necesita estar junto a ti, pero lo está, gente a la que quieres a lo lejos y esperas que esté bien, este es mi lado cursi y ese lado nadie lo conoce más que yo, aunque ahora y aunque quizás me equivoque he mandado mis escritos, y quizás todo va a estar mal, pero no importa, la paz que tengo ahora no la cambiaria por nada y esa paz la encontré desde que dejé ir el amor que no construía, desde aquel mayo 2018 que dejé de sentir, hay lecciones en la vida que duran más que otras, pero uno siempre debe de elegir que batallas son las que quiere pelear, yo me cansé de remar sola y salí a flote, ahora estoy bien, escribiéndome por mí y quizás ya para alguien más, porque mi lado cursi lo demuestro escribiendo. 

lunes, 4 de mayo de 2020

Mi abril favorito



Hoy voy a escribirle a la vida, porque quiero celebrarla y agradecerle, a veces solo nos detenemos en quejas, en culparla de que todo está mal, puede ser que quizás yo también haya hecho eso en algún momento, pero hoy quiero que cambie y quizás funcione, no lo sé.

Hoy le escribo a la vida porque dentro de esos vaivenes la celebro al otro lado del horizonte, porque esa vida me ha permitido conocer y desconocer personas que se volvieron importantes y que ahora ya no lo son, quien diría. 

Hoy celebro su sonrisa y sus ganas de vivir, su manera cómica de alegrarme y de hacerme sentir bien, como no celebraría tu vida si le diste un poco de vida a la mía, quisiera que supieras muchas cosas de mí; aquí te cuento solo algunas, todos los días antes de que salga el sol leo periódicos, aunque creo que eso ya lo sabes, voy caminando algunas cuadras al trabajo, no sé estacionar muy bien, me asusta tener que hacerlo, pero lo hago. Me río de todo aunque a veces la tristeza infinita me invada.

Siento que quizás vas a estar, no sé cuánto tiempo, pero el que estés procuraré siempre ser paz, risa y alegría, porque eso es lo que tú me das.

Antes no había escrito con el corazón tan entusiasmado, porque eso de que el corazón solo bombea sangre es mentira, el corazón quiere y quiere bonito, quizás en un tiempo más largo todo esté mal, pero procura guardar este escrito, en cada fragmento, en cada palabra y en cada oración está tu nombre.

Anda siempre despacio, contento, pero decidido, tu alegría infinita hicieron que mis escritos sean ahora más felices, celebro tu vida desde otro espacio, pero lo celebro porque eso eres; vida.

Te quiero y multiplícalas por las veces que sean necesarias.


domingo, 3 de mayo de 2020

Por Raquel


No puedo interpretar mi crecimiento emocional sin todas las barbaridades que he podido pasar, desde la muerte de Carlos, lo duro que fue despedirme de Alisson, la partida de Anthony, han sido situación trágicas que me enseñaron a que podía estar bajo un túnel y existía una luz profunda y algo que podía empujarme para seguir sobreviviendo, porque ahí pensaba ¿qué más podía pasar? ¿Había algo más?

Qué pereza la calle, la gente, la vida, qué flojera tener que conciliar, estaba en la tristeza infinita y aún así me levanté, me deconstruí en base a llanto y a dolor, porque no había de otra, era eso o seguir sufriendo y opté por lo segundo, opté por seguir viviendo.

Tengo que agregar también que no ha sido fácil, ¿para quién lo ha sido? - es por eso que no me creo especial - y en parte me aburre mucho hablar de mí, es por eso que escucho mucho, que leo, y que ofrezco amor, quizás no el mismo que me dan, pero lo doy, son pocas las personas que quiero, me arrancaría el corazón y se los daría sin titubear, les daría toda mi sangre por salvarlos, le entregaría mi alma al diablo si uno de ellos corriera peligro, esa es mi manera de demostrarles mi amor.

Pero también he llegado a un punto en donde todo me da igual, qué mal nos hacen algunas experiencias pasadas, hay gente que te daña, te carcome y no se da cuenta y así sigue, gente que te hace la vida imposible y dice quererte, gente que se aterra con tu éxito, pero que te mantiene atado a ellos. 

Recuerdo a Raquel diciéndole a Damián “tú me hiciste la vida una porquería, eres el peor ser humano del mundo, tú me enloqueciste, yo lo intuía Damián, yo lo sabía, y yo te lo pregunté a ti, ¿tienes idea de lo que es vivir en el infierno de mi cabeza, tienes idea lo que me hiciste?” escuché esto y me di cuenta de lo dañino que pueden ser algunas personas en nuestra vida, me dolió, lo escuché, lo aprendí y lo viví, no tienen idea de cuantas vueltas le he dado a esa conversación y después de todo pude también entender el dolor de Raquel.

Su dolor era parecido al que a veces tenemos todos, pero en diferentes circunstancias, hay personas que amas con el corazón abierto y dejas que te dañen, no porque quieras si no porque justificas con amor todo ese dolor, sigues intentando pero caes en cuenta que no debes de permitir más y te vas, alguna vez han sentido eso ¿ese dolor en el pecho? Yo lo sentí y lo recuerdo, fue un 28 de julio del 2015, fue el único día que me permití sentirme una tonta frente a una pared llorando, pero tenía tantas ganas de hacerlo que no podía no permitirme hacerlo, me desahogué tanto que me di cuenta que podía parar y calmar mi dolor así, entendí desde ese día que no podía reprimirme sentir, pero que no todos merecen mi cariño, tampoco mi dolor.

sábado, 2 de mayo de 2020

Quédate para siempre



Cuando tenía siete años siempre esperaba que fueran las siete, ocho o algo más, a veces con mucha suerte podían ser las seis y él ya llegaba, me emocionaba verlo, saludarlo, contarle mis cosas, siempre he sentido cierta preferencia por él, intrínsecamente ha tenido que ser porque con conciencia los quiero a los dos.

Pasaron los años, soy muy solitaria y siempre he pedido mi espacio, puedo querer mucho y lo demuestro, pero no lo digo, y él lo sabe, trato de no ser una preocupación, de tomar decisiones correctas, trato, a veces no me sale, pero evito que mi sufrimiento les afecte.

Nunca podría quejarme de la suerte que he tenido, mi gran amor siempre será mi papá, su sonrisa, sus manos, todo él es perfecto, como nos quiere, nos abraza y nos cuida, nunca se ha detenido para cumplirnos, es responsable, bueno, honesto, un ser ejemplar.

Hace algunos meses la desgracia quería visitarnos, se sintió mal y él mismo se estaba despidiendo, nos abrazó fuerte y nos dijo: “pórtense bien con su mamá”, creo que en mi vida he llorado tanto de solo pensar que mi papá podía irse para siempre, se me hizo el nudo más grande en la garganta y no paraba, lloré tanto que no tenía paz, no encontraba calma, las cuatro estábamos apagadas, habíamos perdido la luz, pero teníamos un solo reto, saber que él podía salir adelante.

Pasaron los días, las semanas, y hasta los meses y se iba mejorando, la alegría y la paz volvía a nuestros corazones, Dios había sido bueno, generoso y bondadoso con nosotras, nos devolvía a mi papá con mejor semblante y con la misma sonrisa que veo desde hace 27 años, tenía el rostro un poco pálido, pero nada que el amor no pueda curar, ahora con más tranquilidad y con el corazón contento puedo decir que estará mucho tiempo.

¿Qué aprendí? 
desde lo que había pasado con Anthony sabía que éramos efímeros, que la vida es una rueda y que todo da vueltas, sabía que cuando alguien se muere se lleva parte de tu historia, entonces caí en cuenta que al regreso de mi papá debía de aprovechar mi tiempo, estar con él, con ellos, que era lo mejor de mi historia, aprendí a perdonar, a pedir disculpas, a llorar tan fuerte que me quedara sin voz, aprendí a dejar ir, a quererme más y sobretodo a demostrarle todos los días que lo amo.

Si algún día me lees papi, te amo con el alma, con el corazón, ojalá puedas ser el milagro y no te vayas nunca, eres lo mejor de mi historia, gracias por quererme tanto, por perdonarme todo, por ser tú y dejarme ser yo, por volar juntos y no cortar mis alas, por tu esfuerzo y dedicación. Gracias por la confianza, gracias por decirme “hazlo” aunque el camino  sea incierto. Seguimos aprendiendo, seguimos luchando, espero que sean por muchos años más. 

No te vayas nunca 

viernes, 1 de mayo de 2020

La melodía de mayo


Voy a tocar el piano esta tarde, todos me están esperando abajo, les he dicho que hay una melodía con la que quisiera empezar, te la dedico en mi recuerdo.

Aún no es la hora y ya estoy nerviosa, siempre me he sentido así antes de cualquier cosa buena que pueda llegar a hacer, ¿sabes? hoy me habló mucha gente, creo que nunca había tenido tantas conversaciones como hoy, me distraigo, los leo y empiezo a trabajar, es una suerte de aluvión a la tranquilidad.

El piano, ese que es el del abuelo es el que voy a tocar, espero hacerlo bien, mi tío lo hizo y todos se pusieron de pie, hoy no hay tanta gente, eso me da algo de tranquilidad, tengo mucho cansancio, pero ya no del emocional, si no del verdadero cansancio, se cierran los párpados y solo quiero dormir, muchas horas después de todo.

Ayer soñé con Anthony, fue extraño, venía y se iba, hace tanto que se fue al final del arcoíris y aún duele su partida, lo recuerdo con el alma y se entristecen mis silencios, pero ya lo solté, lo dejé ir, por su bien, por mi bien.
Bajo a tocar la melodía, esa que te conté, la que te dedicaré.

G.